El círculo

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

Basada en el best-seller homónimo, El círculo esboza una crítica sobre el abuso de las redes sociales ilimitadas, pero naufraga entre clichés, inverosimilitudes, y demasiada timidez para agudizar. Las redes sociales están entre nosotros, son un fenómeno masivo, y cada vez quedan menos de nosotros sin poseer una cuenta (sino más) en alguna/s de ellas.
Sin ir más lejos, es muy probable que usted, lector, se encuentre leyendo esta reseña por haber encontrado un link de la misma, colgado en alguna de las redes habituales.
Sitios online enormes, manejados por algoritmos, en el que millones de ciudadanos de alrededor de todo el mundo comparten todo tipo de información privada, haciéndola inmediatamente pública, por más protección de datos que se coloque; todo en pos de una mayor comunicación. Semejante estructura tiene que ser caldo de creación para obras de ficción que analicen teorías conspirativas con alguna crítica velada detrás.
El círculo es una de ellas. La novela de Dave Eggers fue un best-seller global inmediato paradójicamente, gracias a las ventas en plataformas online; y es el mismo Eggers quien colabora en el guion de su adaptación cinematográfica junto al también director James Ponsoldt.
¿Qué es "El Círculo"?
Es la empresa dueña de TrueYou, una red social que, explicada a grandes rasgos como lo hacen en la película, sintetiza en una sola lo que conocemos como Facebook, Youtube, Instagram, y ¿Foursquare? o cualquier otra plataforma de localización en vivo; entre varias otras. El círculo es un pulpo, una empresa gigante, manejada por Bailey (Tom Hanks) un personaje muy carismático con evidentes referencias a Steve Jobs.
El círculo ofrece todo a sus empleados, un lugar de trabajo completo, con todo a disposición para llevar una vida, como lo que siempre se no muestra de Google. En ese lugar entra a trabajar Mae (Emma Watson), una joven que se dedica a la atención telefónica en una de esas empresas grises llenas de cubículos y estados alterados. El sueldo es bajo, y ella necesita un mejor sueldo para su familia.
Por suerte, tiene una amiga que trabaja dentro del grupo más cercano a Bailey, y será ella quien le consiga un trabajo dentro de El Círculo. En un primer momento, a Mae se le presentarán todos los beneficios de trabajar en El Círculo, y será convencida de la potencia sin límites de TrueYou. Pero pronto empezarán a notarse las cuestiones absorbentes, tanto para los empleados como para los usuarios de TrueYou en donde el límite entre lo privado y lo público es muy difuso.
Con esa premisa, El círculo cuenta conun arranque prometedor, sin caer en varias obviedades o coincidencias, pero muy efectivo. La llegada de Mae a la empresa hará notar que ese pulpo te atrapa, que te invita a no irte, y que quiere saber todo de sus empleados. Más tarde, el argumento se irá deshilvanando, por otros hechos fortuitos, Mae se convertirá en un emblema y conejillo de indias de TrueYou, compartiendo cada detalle de su vida las 24hs horas del día.
Mae está embelesada con el progreso y la posición que consiguió y se sumará a las propuestas de hacer TrueYou más y más grande, sin medir las consecuencias. Es aquí cuando El círculo pierde la fuerza que había logrado en su primer tramo. Mae es un personaje arquetípico, un cliché andante en que todo lo que la rodea son las circunstancias ideales para que la trama avance. Tiene ambición porque necesita progresar por una buena causa. Tiene un amigovio que rehúsa de la tecnología y hace artesanías rurales.
Unos padres necesitados (los fallecidos recientemente Bill Paxton y Glenne Headly) pero que funcionan como voz de conciencia. Una amiga que en un principio la incentiva a aceptar todo lo que la empresa le propone para llegar a ser como ella, y que luego, de una escena a otra, dará un giro también necesario para que todo avance.
Es capaz de cruzarse con el personaje ideal entre miles de personas en una fiesta, y ofrecerle un trago para iniciar una charla, sin saber ni siquiera quién es esa persona; y todo, todo así. Mae es lo que El círculo necesita que sea para que la historia tena todos los condimentos. Pese a esto, Emma Watson la compone con solvencia y convicción.
Tom Hanks necesitó de más tiempo en pantalla para mostrar la malevolencia detrás de la media sonrisa de Bailey. Es sabido que el actor de Naúfrago es capaz de comprarse a cualquier espectador, con un puñado de gestos, y aquí hace un buen uso de ese carisma nato. Nos queda algo pendiente su perversidad… o quizás sea que no la historia no pretende mostrarla.
Cuando la historia se enfoque en las posibilidades de TrueYou y los difusos límites entre lo público y lo privado, y los riesgos de la permanente intromisión, entrará en un pantanoso terreno de lo inverosímil. No porque sea imposible que una red social llegue a eso, sino por el cómo las cosas se van dando.
Será mucho más efectiva cuando atienda a las grandes empresas y las exigencias que buscan en sus empleados; aunque ¿casualmente? Nunca termine de focalizar en eso. Al final, El círculo será un divertimento entretenido, que por llenarse de lugares comunes y no crear personajes convincentes se quede a menos de la mitad de lo que pudo ser. Las dificultades que presenta a la hora de cerrar su concepto demuestran la timidez, o engaño, de lo que estuvimos viendo.