El chico de la bicicleta

Crítica de Fernando Herrera - Mirar y ver

En el nombre del hijo

El cine de los hermanos Dardenne se respira en cada toma. El talento único de los directores belgas para el montaje hace de la economía de recursos una fortaleza más, tensando el relato hasta límites insospechados y convirtiendo a “El niño de la bicicleta” en una de las grandes películas del año.

Luego de esa excursión a terrenos menos transitados que significó “El silencio de Lorna” los Dardenne vuelven a lo que mejor conocen, una fábula de redención sobre una paternidad ausente que invita a la supervivencia en un mundo hostil.