El chico de la bicicleta

Crítica de Claudio Lo Iacona - Todo lo ve

Buscando su lugar

Los directores mimados del Festival de Cannes, los hermanos Dardenne, con Palmas de Oro por Rosetta y L´enfant, más el Premio del Jurado por este film, se formaron en el mundo del documental y, es por eso, que sus producciones son sumamente realistas y dramáticas.

El Niño de la Bicicleta no es la excepción y narra los obstáculos que atraviesa un niño de diez años que decide salir de un hogar infantil en busca de un padre y su valorada bicicleta. En este rastreo voraz, entre corridas y persecuciones, Cyril cae en manos de Samantha, interpretada por la siempre convincente Cécile de France (Más allá de la vida de Clint Eastwood), una peluquera que lo acoge e intenta insertarlo en una sociedad que lo ha dejado de lado.

Con más tropiezos que caídas, el niño mordedor insiste (a prueba y ensayo) en ser parte de un mundo que parece no corresponderle y el de ser hijo de alguien que no lo quiere.

Con una interesante mirada, los realizadores belgas abren una ventana a los más profundos sentimientos y reflexiones, donde el darse la mano puede significar mucho más que un saludo.

El niño de la Bicicleta se ve real y, durante los pocos más de ochenta minutos, traspasa la pantalla, entre corridas, escapes y golpizas, permitiendo al público ser no sólo un espectador, sino un testigo.