El cerrajero

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

Las sorpresas de la vida

Buenos Aires está cubierta de un humo que parece quedarse para siempre entre los edificios, los vehículos y los transeúntes. Con este telón de fondo se desarrolla la historia de Sebastián, que posee una cerrajería y que nunca creyó en compromisos sentimentales a largo plazo, ni siquiera con Mónica, su relación más estable de los últimos tiempos. Un día, ella le hace una inesperada confesión: está embarazada y cree que él es el padre. El mundo de Sebastián comienza a tomar un giro inesperado cuando está frente a sus clientes y trabajando en sus cerraduras. Extrañas visiones lo perturban cada día más y lo preocupan al enterarse de los problemas de esos hombres y mujeres entre los que estará Daisy, la más interesada en el misterioso don.

La directora Natalia Smirnoff, que había debutado en 2006 con el largometraje Rompecabezas, quiso ahora introducirse en la crisis como cambio posibilitador y para ello eligió a un ser común y corriente para radiografiar un micromundo pleno de sensibilidad y de calidez.

El film queda, pues, como un retrato pleno de ternura y de emoción, sobre todo en las figuras de su protagonista y de Daisy (muy buen trabajo de Yosiria Huaripata), que intentará, y lo logrará, hacerle cambiar el modo de transitar por un camino que para él ya parecía perdido.