El cazador y la reina del hielo

Crítica de Diego Martínez Pisacco - CineFreaks

Cuento de hadas on the rocks

Los cuentos de hadas se siguen propagando con cada nueva generación que surge. No son historias que pasen de moda precisamente. En tiempos remotos se transmitieron a través del relato oral y luego se recopilaron mediante la palabra escrita con el trabajo de gente como los hermanos Grimm, Charles Perrault, Hans Christian Andersen, Carlo Collodi y Joseph Jacobs, por mencionar sólo a los más conocidos. Aún para un género tan perennemente próspero, en los últimos años estamos viviendo un pequeño veranillo en la industria audiovisual con constantes lanzamientos de largometrajes y series que retoman o reversionan esos personajes tan caros a la cultura popular. La lista es larga pero daremos algunos ejemplos. Once upon a time cuenta con 5 temporadas desde su debut en 2011; a su vez la serie contó con un spinoff, Once upon a time in Wonderland, que tuvo una temporada de 13 episodios y no fue renovada. Otra producción digna de mención es Grimm, y de hecho acaba de anunciarse que tendrá una sexta temporada reducida con la que se le dará un cierre definitivo. Por otra parte Sleepy Hollow, basado en el cuento de Washington Irving, va por su tercera temporada. Si bien fue cancelada hace poco también se conoció una remake o reboot de La Bella y la bestia (¿recuerdan la pareja de Linda Hamilton y Ron Perlman allá por los 80’s?). Películas se hicieron varias, las más recientes son La Cenicienta de Kenneth Branagh, Maléfica con Angelina Jolie, Espejito espejito con Julia Roberts, Hansel y Gretel: cazadores de brujas con Jeremy Renner, La chica de la capa roja con Amanda Seyfried y hasta nos encontramos con un musical, la fallida En el bosque. Tampoco no nos olvidemos de un sinnúmero de filmes animados como ser Shrek, El gato con botas, Enredados, Frozen: una aventura congelada, etc.

En el 2012 se estrenó la película Blancanieves y el cazador, con Kristen Stewart y Chris Hemsworth en los roles del título. Comercialmente el concepto funcionó muy bien y la idea de la Universal era producir una secuela repitiendo estrellas y director (Rupert Sanders). Claro que el escándalo mediático que explotó cuando se divulgó sobre el affaire extramatrimonial de Sanders con su joven actriz provocó el alejamiento de ambos del proyecto, y cambios de todo tipo en el guión en el que colaboró ni más ni menos que Frank Darabont (The Walking Dead). Aquella obra no carecía de atractivos aportando una mirada fresca y aggiornada sobre el cuento de Blancanieves con efectos visuales de primer nivel y un tono de fantasía épica muy en la línea de El Señor de los Anillos. La secuela sin ser execrable parece menos convincente en su rara combinación de precuela/secuela, con Hemsworth haciendo pareja con la bonita colorada Jessica Chastain. Lo mejor de El Cazador y la Reina del Hielo pasa sin lugar a dudas por su excelente reparto. Además de los ya citados vuelve Charlize Theron a resucitar a la malvadísima reina Ravenna y se incorpora la todo terreno Emily Blunt como Freya, hermana menor de la anterior y Némesis de los cazadores Eric (Hemsworth) y Sara (Chastain). Con actores tan sólidos hay que tener recursos para destacarse en papeles secundarios y afortunadamente en esto la película del debutante Cedric Nicolas-Troyan da la talla: son magníficos los desempeños de Rob Brydon, Nick Frost, Sheridan Smith y Alexandra Roach interpretando a unos enanos tan desavenidos como entrañables.

El guión da la sensación de haber sido demasiado manoseado por sus varios autores (algunos de ellos no acreditados) y no luce una gran cohesión ni denota un mayor esmero o ingenio en el armado de la trama y en su correspondiente desarrollo. No obstante su intrascendencia, esto no significa que no cumpla su función de entretener con armas similares a las de su antecesora: hay aquí una buena dosis de acción, romance y humor que ayudan a disimular la poca inspiración de un libreto tan impersonal como la dirección del francés Nicolas – Troyan. Demasiados actores para tan magros resultados. Empero, considerando los inconvenientes ya enumerados, podría haber sido peor. Se puede ver, nada más no esperen algo memorable.