El buen amigo gigante

Crítica de Beatriz Molinari - La Voz del Interior

Spielberg lo hizo de nuevo: "El buen amigo gigante", otra película cinco estrellas

El mejor amigo de los chicos que aman el cine filmó un cuento clásico con el preciosismo amoroso que lo hace único.

El insomnio se lleva muy bien con la fantasía. Sophie vive en un orfanato y se parece mucho a los chicos que retrató Charles Dickens en sus novelas. De hecho, la niña de anteojos y gesto resuelto lee Vida y aventuras de Nicholas Nickleby mientras espera el acontecimiento fabuloso a la hora mágica.

En Londres, a las tres de la mañana, Sophie es abducida por un gigante. La película El buen amigo gigante marca el regreso de Steven Spielberg al servicio de su majestad la infancia. De allí viene la ensoñación del autor británico Roald Dahl, y hacia ella va la película en la que Spielberg deslumbra asistido por el guion de Melissa Mathison (E.T).

Ruby Barnhill es la niña actriz, verdadero hallazgo del director que interactúa con los personajes concebidos por la tecnología. El límite entre realidad y fantasía, aun en los cambios de escala, desaparecen. La tecnología está en manos de un creador que pone ternura en el buen amigo gigante (BFG, por las siglas en inglés), interpretado por Mark Rylance.

El actor maneja el rol con la mirada limpia y bondadosa del ‘enano' de los gigantes en la tierra de gigantes. La rara jerga en la que habla es parte de su encanto. Sophie en la cueva descubre el trabajo de BFG, viejo y herbívoro, despreciado por el resto de la comunidad carnívora y temible.La pequeña huérfana, que tiene la curiosidad propia de las grandes lectoras, decide salvar su soledad insoportable, imponiendo su presencia a BFG.

La película expone los riesgos que soportan gigante y niña, y abre la historia al espacio ilimitado de los sueños. BFG es un atrapasueños amoroso y ahí comienza la otra dimensión en la que Spielberg se mueve con maestría.La película recrea la estética de un cuento de imágenes brillantes y plantea que jugar con los sueños tiene sus riesgos.El director vuelve al relato clásico, con una estructura lineal, los grandes momentos de los amigos en peligro, el susto que enfrenta la heroína con mucho placer, el vértigo de las imágenes en la cueva, la poesía en las aguas de los sueños, la huérfana que encuentra varias oportunidades en una. En el modo de contar, la música sinfónica es el complemento.

Después hay una vuelta de tuerca en la historia, a tono con la tradición anglosajona. El ensueño decae cuando la realidad avanza para solucionar las cuestiones de la magia. Las pesadillas en las que los monstruos se comen a los niños, la desaparición misteriosa de los chicos y el tramo que involucra a la reina de Inglaterra son materia para traducciones directas que conspiran contra el orden de la fantasía creada por Spielberg. La solución en manos de la reina, que hace el bien por encima de cualquier escala humana, termina con todos los secretos ‘susurrosos' del mundo.