El aprendiz de brujo

Crítica de Amadeo Lukas - Revista Veintitrés

El pochoclero productor hollywoodense Jerry Bruckheimer se vuelve a asociar con Disney, un vínculo que ya tiene en su haber sagas como La leyenda del tesoro perdido y Piratas del Caribe y que probablemente aspire con El aprendiz de brujo a generar alguna secuela. En el caso de la serie también protagonizada por Nicolas Cage, el primer film fue atrayente, no así el segundo; y si hablamos de los taquilleros piratas, la película original fue inconsistente, sin embargo el asunto mejoró con las continuaciones. Este arranque aparece aceptable, y seguramente la concurrencia infantil y adolescente se va a encontrar con alternativas aptas para el entetenimiento; mientras que el resto del público padecerá un producto armado y esquemático, que cae en situaciones ya transitadas en muchos films. Si bien se quiso recrear un fragmento inolvidable del clásico Fantasía protagonizado por Mickey, incluyendo una escena que lo homenajea, el consabido asunto de la magia, explotado al máximo en la franquicia Harry Potter y otros films juveniles que surgieron a su sombra; ya agota. También la lucha urbana sobrenatural entre magos archirivales recuerda a la reciente Percy Jackson y el Ladrón del Rayo, y la enseñanza del brujo a su discípulo, a La máscara del Zorro. Dentro de la parafernalia de efectos, se puede encontrar a un Cage bien lookeado y los toques de comedia de Jay Baruchel.