El abrazo de la serpiente

Crítica de Emiliano Basile - EscribiendoCine

En lo profundo del Amazonas

La coproducción colombiano-argentina dirigida por Ciro Guerra, El abrazo de la serpiente (2015) plantea un introspectivo viaje hacia las profundidades del Amazonas, entorno selvático que en los tiempos de la invasión española sufrió los más aberrantes exterminios de las tribus nómades que vivían en la zona.

La historia se narra en dos tiempos, extraordinarios, fantasmagóricos. Uno es el de Theodor Koch-Grunberg (Jan Bijvoet), hombre blanco que viaja enfermo buscando una famosa planta curativa para sostenerse con vida. Años después Evank (Brionne Davis), un etnobotánico norteamericano, busca la misma flor que describe en sus diarios de viaje el antropólogo. Para hacerlo recurre a Karamakate, un poderoso chamán amazónico, último sobreviviente del pueblo Cohiuano.

Son indudables las conexiones de El abrazo de la serpiente con otras películas acerca de culturas incomprensibles a los ojos del hombre blanco occidental. Podemos mencionar desde Aguirre, la ira de Dios (1972) y Fitzcarraldo (1982) de Werner Herzog, pasando por 2001: Odisea del espacio (1968) de Stanley Kubrick, hasta los films del argentino Pablo César. Pero El abrazo de la serpiente tiene los condimentos necesarios para distanciarse de aquellas y constituirse como un film único en su especie. Su extraordinario blanco y negro, la multiplicidad de idiomas que emplea, y el registro fantasmal que realiza de la historia, recurriendo a un tiempo y espacios indeterminados, le otorgan un aura especial. La película es un viaje profundo y sensitivo hacia aquellos mundos desconocidos, donde el raciocinio de la cultura occidental no aplica, e incluso, tildándolos de precarios en su modo de comprender el mundo.

Podríamos decir que ganadora del premio Art Cinema en la Quincena de Realizadores en Cannes y participante de la sección Horizontes Latinos del 63 Festival de San Sebastián, trata sobre las maneras de comprender el mundo de distintas culturas, sobre la colonización mediante la religión y la violencia del hombre blando, o sobre la tierra y el lugar del hombre en la misma. Pero es el pulso del director Ciro Guerra (Los viajes del viento) el que hace superar a su film de todas las instancias mencionadas. Su film habla de todo eso y más también, invita a inmiscuirse en un viaje iniciático, abrir los sentidos a universos enigmáticos e inesperados donde los misterios del universo tienen multiplicidad de sentidos.

Un viaje extraordinario por el Amazonas que muestra la complejidad y limitaciones de la nuestra cultura, dando una apertura a distintas cosmovisiones de pueblos ancestrales.