Eclipse

Crítica de Diego Batlle - La Nación

En Eclipse, personajes más humanos

La tercera de las cinco películas que se harán sobre la saga, dirigida por David Slade, es la mejor hasta aquí

En esta tercera de las cinco películas que se harán a partir de la popular saga literaria (cuatro novelas) de Stephenie Meyer no hay cambios de protagonistas ni de pueblo ni de historia. Sin embargo, con la incorporación como director de David Slade (en reemplazo de Catherine Hardwicke y Chris Weitz), Eclipse ofrece algunos hallazgos en cuanto a su tono (a sus tonos), su potencia dramática, su nivel actoral y su puesta en escena que le alcanzan para convertirse con bastante holgura en el mejor exponente de la hasta aquí fría, solemne y pomposa franquicia.

Slade, cuyos antecedentes incluyen 30 días de noche y Hard Candy , parece haber entendido bastante mejor que sus dos predecesores el espíritu y las posibilidades de la creación de Meyer, con su mixtura entre el romance adolescente de colegio secundario (aquí ya muy cerca de la graduación), el melodrama conservador de los años 50, las intrigas palaciegas con clanes y héroes clásicos, las leyendas indias y el despliegue fantástico a propulsión de efectos visuales propio del género de vampiros y hombres lobo.

El nuevo director no sólo le imprime al film una mayor carnadura humana (todo un mérito en una trama con vampiros), más humor (que por primer vez incluye la autoparodia sobre ciertos sesgos absurdos de la saga), un mayor lucimiento de los intérpretes (en especial de esa gran actriz en potencia que es Kristen Stewart), escenas de acción más intensas (aparece ahora un ejército de vampiros malvados) y una narración más ligera y menos estructurada, que incluye entre otras cosas varios pasajes con cámara en mano y un sólido trabajo del fotógrafo español Javier Aguirresarobe.

La esencia, de todas maneras, sigue siendo la misma: la exploración del amor y el deseo, del compromiso y las diferencias, aquí encarnados en el triángulo sentimental entre la conflictuada Bella Swan (Stewart) y los dos carilindos aspirantes a su compañía y contrincantes entre sí: el rubio vampiro Edward Cullen (Robert Pattinson) y el hombre lobo indio Jacob (Taylor Lautner).

Quienes encuentran esta saga demasiado naïve (casi ridícula en pleno siglo XXI) es probable que lo sigan sintiendo luego de ver este tercer capítulo, pero quienes -aun no siendo fans incondicionales de Bella, Edward y Jake- le den una nueva oportunidad puede que Eclipse resulte una película atendible, incluso una bastante buena. A estos posibles "conversos" está dirigido este noble relato de Slade. A los millones que jamás dejarían de verla esté quien esté detrás de cámara poco pueden importarles estos insignificantes detalles.