Dumbo

Crítica de Susana Salerno - Impacto24

Este film nos hace volar la imaginación, volver a nuestra niñez, reviviendo este cuento que primero fue pensado como un cortometraje de 30 minutos y finalmente fue de 64 minutos transformándose en el cuarto largometraje animado de Walt Disney Pictures. Basado en el libro para niños homónimo de Helen Aberson e ilustrado por Harold Pearl, Dumbo fue producido por Walt Disney y estrenado el 23 de octubre de 1941 por RKO Radio Pictures.

Comienza con toda la magia en 1919, un tren y el circo al que le da vida Max Medici (Danny DeVito, ya trabajo con Burtom, esta fascinante, divertido y placentero), allí llega después de la guerra Holt Farrier (por el irlandés Colin Farrell, quien ingresa por primera vez ingresa al mundo Burtom) con un brazo menos, viudo y se reencuentra con sus hijos Milly Farrier (Nico Parker) y Joe Farrier (Finley Hobbins) ellos fueron cuidados por las personas del circo (a través de los distintos planos y silencios te cuenta todo).

Las vidas de toda esta gran familia cambia cuando aparece el personaje principal, Jumbo Jr., un elefante antropomórfico llamado Dumbo (que sería mudo y/o tonto) quien antes que se convierta en una estrella es ridiculizado por sus enormes orejas, pero los niños Milly y Joe descubren que puede volar usando estas como alas (la de animación quien lo hacía era un ratón Timothy, lo estimulaba con una pluma mágica). La película posee momentos increíbles, esa relación entre los niños y este pequeño elefante de mirada tierna, adorable, desprotegido porque fue separado de madre, te llega al corazón, estupendos los efectos visuales y especiales, la puesta en escena y acompañado con la banda sonora.

Luego Dumbo se transforma en una gran estrella, contemplada por Max Medici, todos en el circo y un público que quiere ver ese fenómeno, pero al mismo tiempo surge la codicia, la ambición, los seres malvados, allí aparece el gran Vandevere (Michael Keaton, esta correcto pero quizás un poco acartonado, ya trabajo con Burtom), obsesionado por el poder y el dinero, un ser sin ningún tipo de escrúpulos. Allí aparece quien lo acompaña, la acróbata Colette Marchant (Eva Green, quien ya trabajo con Burtom. Se preparo mucho para este personaje para ello tomo clases especiales y logra lucirse) y hay que destacar a Alan Arkin como J. Griffin Remington. Al circo le da vida todo es esplendor con sus payasos, animales, acróbatas, marabaristas, entre otros.

Tim Burton (Alicia en el país de las maravillas), un director creativo, respeta la versión de 1941, con referencia a la original, pero no copia, va armando un interesante desarrollo, te entretiene en más de dos horas de metraje, con un destacado elenco, un buen maquillaje, vestuario y diseño de producción, entre otros elementos. Está llena de símbolos, mensajes y reflexiones. Habla del maltrato animal, del cautiverio, está siempre presente el amor de padre a hijos, el de la amistad y entre los humanos en general. Un film para disfrutar y atrapar nuevas generaciones.