Drácula 3D

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

Un vampiro bastante devaluado

Drácula es una de las obras más populares y exitosas de la literatura universal. Desde 1897, cuando fue creada por el irlandés Bram Stoker, el cine y la televisión hicieron con ella más de doscientas versiones, sin contar las cientos de representaciones en teatro.

En cine la dirigieron figuras como Friedrich Wilhelm Murnau, una versión fue producida por Andy Warhol y tuvo los rostros del inmortal Bela Lugosi, Christopher Lee, Klaus Kinski, o Gary Oldman, entre los más recordados y ahora la saga del temible personaje la retomó el director Darío Argento, conocido como el rey del cine de terror clase B, en la década de 1970.

MUESTRA PEDESTRE
"Drácula 3D" es una tosca versión del clásico, que se destaca por ser muy sangrienta. La historia retoma la idea original de Stoker, con diálogos elementales, efectos bien al borde y desnudos del plantel femenino de la película. Entre ellas, la hija del director, Asia Argento, en el papel de Lucy Kisslinger. En cuanto al formato 3D puede decirse que no está bien aprovechado y podría haberse presentado en 2D sin problemas.

Sin espectacularidad, con bastante de la serie televisiva y un correcto intérprete en el personaje principal, el alemán Thomas Krestchmann, esta versión del clásico de Stoker es una muestra muy pedestre que ni asusta, ni asombra y a veces hace reír, quizás ese haya sido uno de los propósitos de este realizador italiano de setenta y cuatro años.

A lo mencionado se suman efectos especiales usados elementalmente, con un subrayado en lo melodramático y un decadentismo romántico, sumado a un gran despliegue de sangre, que quizás a algunos fans del director le resulten atractivos.