Downton Abbey

Crítica de Santiago García - Leer Cine

La serie Downton Abbey (2010-2015), creada Julian Fellowes, tuvo seis temporadas en las que mostró, como casi ninguna otra serie, la vida británica con sus costumbres, sus ideas, su humor y también sus prejuicios. No toda la vida británica, sino la que giraba en torno a una familia aristocrática en el condado de Yorkshire y la servidumbre que trabajaba allí. A partir de estas dos clases sociales asomaba toda la historia británica y se recibían ecos de los cambios en el mundo.

Se trataba de una serie amable, que combinaba melodrama con historia, bastante humor y un elenco multitudinario donde todos brillaban. La reconstrucción de época era maravillosa y el éxito de público y crítica demostró que el objetivo estaba cumplido. Algunos episodios eran excelentes, otros absolutamente memorables. La emoción era genuina y el cariño por los personajes funcionaba por acumulación. En ambas clases se veían historias de amor, honor, sacrificio, lealtad y miseria. La condición humana y las tensiones de clase tomadas con una mirada comprensiva y sin el más mínimo rasgo de sordidez. Puro disfrute, más allá de los grandes momentos dramáticos.

Terminada la serie, no fueron pocos los fans que querían más historias, que buscaban reencontrarse con sus personajes favoritos. La película se hizo esperar pero llegó, sin duda para satisfacer a esos seguidores sedientos de una vuelta más. Un bis para festejar todo lo que la serie construyó durante sus seis temporadas. ¿Pero que puede ofrecer una película que no se haya hecho ya en todos estos años? Bueno, de la misma manera que hay especiales de Navidad o Halloween y muchos telefilms con los que grandes series han jugado al reencuentro, Downton Abbey busca ofrecer algo especial para este regreso.

Lo primero que ofrece es la mansión donde vive la familia Crawley. La pantalla grande es aprovechada al máximo, con una pantalla más ancha y con varias escenas que muestran hasta qué punto los realizadores saben que los fans valorarán ver la locación principal de la serie en todo su esplendor. Varias escenas muestran mayor producción y una generosa actitud para el disfrute de los incondicionales.

La historia arranca en 1927, un año después del final de la cronología de la serie. Una noticia produce un revuelo en Downton Abbey: el rey George V y la reina Mary visitarán la casa como parte de una gira por el país. Excelente punto de partida para explotar al máximo las tensiones sociales, las costumbres, las ambiciones y los temores de una sociedad. Pero al mismo tiempo, y siendo fiel a la serie, una importante dosis de humor británico.

No hay que adelantar nada de la trama. Casi todos los actores de la serie están, lo que por supuesto es el máximo interés para la continuidad de la historia. A juzgar por el éxito de una serie británica más reciente como The Crown, no sería absurdo pensar que Downton Abbey pueda seguir la historia más allá de 1927. Pero como balance final, la película no tiene nada nuevo para ofrecer, salvo algún que otro guiño y a nuestros personajes favoritos haciendo sus gracias. Se valora, se agradece, nunca está demás un reencuentro si se hace como corresponde.