Doubles vies

Crítica de Santiago García - Leer Cine

Alain (Guillaume Canet) es un exitoso editor parisino. Léonard (Vincent Macaigne) es uno de sus autores de toda la vida. A ambos los une un desafío en común: les cuesta acostumbrarse y aceptar el mundo digital actual. Una dificultad que manifiesta una escondida crisis de la mediana edad. Cuando se reúnen para discutir el nuevo manuscrito de Léonard, Alain debe encontrar la manera para expresar su verdadera opinión de dudas y expectativas futuras sobre su trabajo. Mientras tanto Selena (Juliette Binoche), la esposa de Alain cree que por fin el autor consiguió su obra maestra.

Esta comedia dramática parece tener destino de película de segunda línea dentro de una obra tan prestigiosa como la de su director Oliver Assayas. Parece una de esas películas francesas que se repiten en cantidades y que solo son divertidas cuando caen en manos de un genio como Eric Rohmer o un norteamericano como Woody Allen. Lo mejor que se puede decir de Assayas es que de temas como el cambio de paradigma cultural y las redes sociales él no baja línea con lugares comunes y verdades de perogrullo. Se dedica, sí a mostrar las dudas de sus personajes una y otra vez, escuchando los argumentos de todos que no son otra cosa más que las del propio autor. Es verdad que para los que tienen más de cuarenta años la película muestra lo absurdo pero inevitable que parecen algunos de esos cambios, motivo de festejo pero al mismo tiempo de alienación.

Al mismo tiempo la película muestras los vaivenes amorosos de los protagonistas y queda claro que ese cambio tecnológico y de hábitos que aparecen en la película es también una reflexión acerca del paso del tiempo de los personajes y del propio director. Un cierto optimismo final le da a la película un tono ligero que insiste en no ubicarse en un espacio solemne o moralista.