Dos hermanos

Crítica de Jorge Bernárdez - Subjetiva

Si Hawking fuera al cine

Villa Laura fue una novela corta que se publicó hace unos años y que si bien no fue un best seller, fue un éxito entre sus lectores que disfrutaron con esa novela que mostraba una relación patética entre dos hermanos mayores(un hombre y una mujer), que una vez muerta su anciana madre se ven obligados a convivir de cierta manera. La novela de Sergio Ducovsky es una demostración de gran manejo de climas tensos y de como una historia chica puede sostener un relato.

Daniel Burman tomó esa novela y convocó para encarnar a los hermanos a dos figuras de indudable carisma: Graciela Borges y Antonio Gasalla. Dos hermanos es la transcripción fílmica de esa novela.

Marcos (Antonio Gasalla) vive con Meneca (Elena Lucena) su nonagenaria madre y Susana (Graciela Borges) es la encargada de llevar adelante los negocios inmobiliarios de la familia. Cuando la historia empieza, la madre de ambos hermanos muere y Susana se encuentra obligada por sus extraños manejos inmobiliarios a comprar una casa en Villa Laura, un pueblo costero en Uruguay.

Los dos hermanos viajan a conocer la casa y Marcos se instala en Villa Laura, donde se empieza a conectar con la gente del lugar y a inaugurar nuevas rutinas que reemplazan a las que tenía mientas vivía con la madre.

Alejados entre sí los dos hermanos que hasta ese momento habían llevado adelante una relación simbiótica con roles bien repartidos, se ven lanzados a pensar existencias propias e independientes. Cada vez que uno visita al otro viven juntos pero la tensión aumenta en cada visita.

Marcos, juega al ajedrez con un carpintero del lugar y se hace habitué de un grupo de teatro manejado por un director de fama internacional que busca pasar sus últimos años en ese pueblo donde su madre había nacido, pero nunca regresado, y decide montar una versión de Edipo, nada menos. No revelo mucho del argumento si digo que Marcos y ese director de teatro estaban destinados a entenderse.

Susana sigue su vida un poco fuera de foco, en la Capital, es una señora paqueta bastante alcohólica que roba la correspondencia del vecino, que se pelea con el resto de la familia, que no da pie con bola en sus manejos económicos.

La película esta armada alrededor de la gran Graciela Borges y del muy eficiente Antonio Gasalla: ese es su mérito y a la vez su lado flaco. El patetismo original de la novela se suaviza bastante, a la película le falta dramatismo y también le falta comedia, lo que la transforma en un poco anodina, más allá de las presencias magnéticas de los dos protagonistas, tan magnéticas que funcionan como dos agujeros negros que absorben todo lo que los rodea y se transforman de tal manera, que dejan de ser personajes de una historia para pasar a ser la razón de ser de la película.