Donde habita el diablo

Crítica de Miguel Frías - Clarín

Esto yo ya lo vi, esto ya lo escuché

Si bien es cierto que, en materia de terror, la estructura del falso documental fue demasiado transitada desde El proyecto Blair Witch , dos datos daban esperanzas respecto de Donde habita el diablo . 1) Que su guionista y coproductor fuera Rodrigo Cortés (en Enterrado hizo algo digno con poco). 2) Que el debutante Carles Torrens asegurara que, aun sin el trillado recurso formal, la trama de Donde habita...

tenía peso propio.

Un peso leve, en todo caso. En torno de una familia conflictuada: un hombre viudo (Kai Lennox), una hija adolescente que no hizo el duelo por la muerte de su madre (Gia Mantegna) y otro hijo, de 4 años. En el departamento que habitan ocurren fenómenos siniestros. Y un equipo “científico” se instala para investigarlos.

¿Será la casa? ¿Será el fantasma de la madre? ¿Será algún familiar poseído? Enigmas que podrían sonar interesantes, pero cuya resolución, cuya puesta en escena, es pobre. Como el recurso de las numerosas cámaras que registran el hecho: el supuesto documental “encontrado”. Más de lo mismo. En estos filmes, en general, no se entiende -además- quién editó el material ni por qué las supuestas filmaciones amateurs tienen que parecer, siempre, espásticas.