Dogman

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

La perra vida.

Resulta interesante en esta propuesta de Matteo Garrone sumergirse en el mundo del protagonista. En los papeles, un hombre sencillo y “buenudo”, cuya afinidad con los canes se describe desde un vínculo completamente empático mientras que su némesis es todo lo contrario y el operativo empatía se disuelve por completo al ser artifice de innumerables humillaciones para con el protagonista.

Sin embargo en esta relación tóxica hay una necesidad compartida y desde ese lugar, sin proponerse juzgar las acciones de estos dos personajes, el director saca a relucir su capacidad para comenzar a teñir de mayor complejidad una trama que parecía demasiado jugada a lo binario.

Desde ese lugar y sin avanzar en la trama, podemos decir que Dogman apela al recurso de intercambio de roles, reformula la idea de domesticación humana a la par de manipulación para tensar los resortes del thriller psicológico, a niveles extremos y sin golpes de efecto que alejen al espectador de un principio empático conseguido desde el inicio de la película.