Disco de oro

Crítica de Maximiliano Curcio - Revista Cultural Siete Artes

Los aficionados a la música pop de los años ‘70 recordarán con nostalgia a Casablanca Records como el hogar de artistas de la talla de KISS, Donna Summer y Parliament. “Spinning Gold” (“Disco de Oro”) sigue la historia del soñador y apostador del rubro discográfico Neil Bogart (interpretado por Jeremy Jordan), un cantante convertido en ejecutivo musical que en audaz apuesta lanzara el sello independiente con base angelina por el cual se lo conociera de allí en más. En las oficinas del reducto discográfico se firman lucrativos contratos y en sus pasillos se fuma a rabiar. El próximo gran éxito rumbo al primer escalafón del chart puede que ya haya sido escrito. Y rumbo a su descubrimiento marcha Bogart, sabiendo que en la industria norteamericana el ‘time is money’ se asume implacable.

Mixturando realidad y fantasía, y echando mano a una mirada ciertamente devocional, esta pasteurizada biopic musical intenta conmover mediante la más previsible de las fórmulas. Dirigida por Timothy Scott Bogart (hijo de Neil, fallecido en 1982), el cariño filial profundiza en los motivos que impulsaron el artista y magnate de la industria, entrelazando su periplo musical con su agitada vida privada, producto de sus numerosas aventuras amorosas. Ambientada en los años ’70, su porción cronológica enmarca el breve pero resonante tramo exitoso del prematuramente fallecido Bogart, no obstante prima un gusto a insuficiencia, entre acordes precariamente ejecutados y un ritmo adulador que supera las dos horas de duración.