Después de la Tierra

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Como un episodio de “Star Trek” alargado

Desde "Sexto sentido" en adelante, casi todas las películas de M. Night Shyamalan funcionan como una especie de episodio estiradísimo de la serie "Dimensión desconocida", donde siempre hay que estar atento a una sorpresiva vuelta de tuerca final.

En cambio esta "Después de la Tierra" es una especie de alargado episodio de la vieja serie "Viaje a las estrellas", probablemente debido a que el guión surge de una historia original de Will Smith, quien la concibió para el hipotético lucimiento de su hijo Jaden Smith, verdadero protagonista del film.

La acción transcurre en un futuro lejano en el que la humanidad, luego de volver inhabitable nuestro planeta, debe emigrar a otro donde debe enfrentarse a unos monstruosos seres guiados por el terror que le tienen los seres humanos. Will Smith es el general terrícola inventor de la técnica de "fantasmear", que consiste en eliminar todo vestigio de miedo para no ser percibido por estas criaturas. Sólo que en sus campañas lejos de casa este héroe militar no pudo evitar que uno de estos "ursus" mate a su propia hija y deje con un grave trauma psicológico a su hijo, que años más tarde, ya adolescente, aún no da la talla para ser un auténtico soldado. A punto de retirarse, el general trata de estrechar los vínculos con su hijo y lo lleva a una misión de entretenimiento en un lejano planeta. Sólo que las cosas salen mal, y padre e hijo se convierten en únicos sobrevivientes de una nave estrellada en el peor planeta imaginable, es decir la Tierra.

Lo peor para ellos, y también para el espectador- es que el general no puede moverse, así que toda tarea de supervivencia recae en el joven cadete que debe enfrentar sus temores, y al monstruo que los percibe, además de recorrer cien kilómetros de territorio desconocido plagado de bestias hostiles.

Will Smith se queda quieto toda la película, lo que propicia innumerables flashbacks no muy interesantes mientras su hijo se enfrenta con monos, tigres y enormes pajarracos.Todo está bien filmado, con una excelente fotografía del veterano Peter Suchistsky y algunas buenas escenas de acción, incluyendo la previsible lucha final con la monstruosa criatura cometerrícolas. Pero en el medio hay muchos momentos muertos e incluso varias escenas demasiado dialogadas, algo preocupante en una película que básicamente tiene sólo dos personajes.