Trash: Desechos y esperanza

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Nuevo trabajo del prestigioso Stephen Daldry, luego de la errática "Tan lejos, tan cerca". Para los que no conocen al inglés, es un tipo inteligente, dúctil y ha hecho grandes títulos desde su debut con "Billy Elliot", "The hours" y "The reader" son muestras de su talento para hablar de la adolescencia y la niñez, de los procesos donde la inocencia se hace eje visible.
En esta oportunidad, nos trae "Trash", adaptación de Richard Curtis (prolífico guionista y director británico, responsable de "Love actually" y "About time") de la novela de Andy Mulligan del mismo nombre. Es imposible no relacionarlas con "Ciudad de Dios" de Fernando Meirelles (y Katia Lund) y "Slumdog millionaire" de Danny Boyle (y Loveleen Tandan), con ellas comparte un escenario de niñez, pobreza y crímen.
Esas similitudes, funcionan como un condicionante para quien las ha visto. Daldry invita al espectador a vivir una historia trepidante (tal como las nombradas arriba) pero la tensión nunca está invitada a la reunión. La trama es la de una búsqueda del tesoro, representada en una billetera extraviada en circunstancias críticas por el contador Jose Angelo (Wagner Moura) que es intensamente buscada por la policía local en las favelas de Río.
El objeto en cuestión llega a las manos de dos chicos que viven en ese lugar y se ganan la vida buscando desechos y reciclables en un basural: Gardo (Eduardo Luiz) y Rafael (Rickson Tevez). Ellos rápidamente entenderán que la billetera esconde un enigma en su interior que hay que decifrar porque puede significar un cambio para su vida. Ellos habitan en los morros y saben muy bien lo que es la privación extrema.
Tenemos además (por supuesto) un político corrupto detrás, un policía que hace trabajos sucios y con eso basta para que la situación tome un cariz violento: hay algo valioso en esa billetera y los garotos no podrán salirse con la suya. Pronto ellos se verán obligados a pedir ayuda al Padre Juliiard (Martin Sheen) y a Olivia (Rooney Mara), personal de una ONG, para enfrentar una contienda despareja. Sin embargo, no todo parece accesible para los chicos.
La película se destaca por ofrecer una gran fotografía El problema que encuentro en "Trash" es que los roles son demasiado planos y sin matices, casi no ofrecen conflicto individual y toda la estructura de la trama, es un juego del gato y el ratón que al principio atrae, pero termina cansando ante la supuesta incapacidad de los policías corruptos al perseguir y nunca alcanzar a los protagonistas...máxime siendo que los dos son realmente chicos. Daldry se vuelve conservador, convencional y no saca partido de todas las piezas que tiene en el tablero. Elige no explorar escenarios y vuelve sobre los mismos puntos una y otra vez.
Ni Mara ni Sheen logran aportar desde sus papeles el interés por la historia y si bien a todos nos entusiasma el conflicto principal desde el inicio, el guión nunca se juega por plantear algo arriesgado que nos conmueva en la butaca. Está bien filmada, eso es innegable, pero sin embargo no alcanza para ser una realización emocionante.
Más allá de eso, "Trash" es una alternativa a tener en cuenta si te gustaron los dos títulos que enunciamos un rato. Gira sobre las mismas cuestiones, con pretendidos (y fallidos) aires de renovación.