Descubriendo a mi hijo

Crítica de Santiago García - Leer Cine

Descubriendo a mi hijo cuenta la historia de un exitoso empresario que un día se encuentra con una sorpresa. Una ex pareja de él le pide encontrarse para hablar acerca de un tema. Lo que tiene para decirle que luego de haber estado juntos hace veinte años, ella quedó embarazada. Ariel Bloch se entera que tiene un hijo de diecinueve años. Pero un instante después recibe una segunda noticia y es que el motivo verdadero del encuentro es avisarle que su hijo ha muerto hace un mes en un accidente de auto.

Entonces Ariel viaja a la ciudad donde vivía su hijo y comienza a conocer a las personas que lo trataron, intentando averiguar, de esa manera, quien era realmente su hijo. Algunos le cuentan cosas maravillosas, otros le cuentan cosas terribles. Este rompecabezas se arma con sensibilidad y resulta conmovedor. Poco a poco comienza a dibujarse la figura de su hijo.

Pero pasada la mitad de la trama el guión busca sorprender con escenas oníricas, giros de tuerca efectistas y situaciones absurdas que debilitan el trabajo delicado y artesanal del comienzo. Aun así, conmueve ver el proceso de un padre por entender y admirar a su hijo, al mismo tiempo que por momentos siente la angustia de los fracasos que el joven tuvo. Como todo padre, pero en una versión retroactiva y melancólica.