Desconocido

Crítica de Miguel Frías - Clarín

Dudar hasta de uno mismo

Thriller con mucho misterio, angustia y dudas de identidad. Gran actuación de Liam Neeson.

Algunos podrán decir -dirán, con razón- que algunos vuelcos de Desconocido no son verosímiles, que ciertas puntadas se pierden en el vacío, incluso que sus recursos fueron usados. Hitchcock ya lo hizo todo y mejor: es cierto. Pero también hay que aclarar, sin prejuicios hacia el entretenimiento, que este thriller protagonizado con categoría por Liam Neeson -capaz de transmitirnos angustia, ansiedad, intriga- nos propone y permite un goce clásico, primario: el de distraernos del mundo a puro misterio y acción, con una película bien pensada, resuelta y actuada. ¿Qué más pedir, si se busca divertimento? El realizador catalán Jaume Collet-Serra ( La casa de cera , La huérfana ) nos propone un filme de identidad o de pérdida de ella. Neeson interpreta a un científico estadounidense que llega a Berlín con su esposa (January Jones) para un congreso de biotecnología. Antes de entrar en el hotel, él nota que se olvidó una valija en el aeropuerto: toma un taxi y para volver ahí. En ese viaje, sufre un terrible accidente que lo deja en coma. Al recobrar la conciencia, cuatro días después, con su memoria inundada de lagunas, nota que su mujer no lo reconoce y que otro hombre -que parece saber más de su vida que él mismo- tomó su identidad.

Ese estupor, ese extravío, esa intriga, ese terror a lo cotidiano cuando se vuelve extraño (sobre todo si se trata de uno mismo, no sólo del mundo circundante) imantan al espectador a pura empatía. Collet-Serra y Neeson nos otorgan el punto de vista del protagonista, que empieza a dudar de sí. Pero pronto, un ataque de desconocidos lo convence de que no está loco, de que tiene que haber una lógica. En medio de una ciudad ancha, nevada y ajena -que le suma angustia y belleza a la historia- los aliados del científico devenido marginal serán otros marginales. Otros héroes antiheroicos: una inmigrante ilegal (Diane Kruger) y un ex espía de la Stasi, servicio secreto de la desaparecida Alemania Democrática (Bruno Ganz).

Habrá giros esperados e inesperados, persecuciones logradas, espionaje, pero, sobre todo, la infinita desesperación y la paranoia del protagonista, que recuerda a la de grandes personajes de Roman Polanski. La interpretación de Neeson está bien secundada: por los actores nombrados y por otros, como Sebastian Kock ( La vida de los otros ) o Frank Langella. Neeson actor está amparado, mientras su personaje, el doctor Martin Harris, sufre un atroz desamparo.