Cuentos de la selva

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

Chicos y bichos, para salvar los bosques

Cuentos de la selva, la película animada argentina, adapta varios de los conocidos cuentos de Horacio Quiroga

Con indudable pericia, Jorge Maestro, Horacio Grinberg y Axel Nacher adaptaron algunos de los cuentos de Horacio Quiroga que hablan de la relación del hombre con el medio ambiente, del respeto por la vida, de la destrucción y de la preservación de la naturaleza.

Aquí, los animales que habitan la selva observan que llegan enormes camiones y grúas para convertir a ese lugar paradisíaco en un moderno espacio turístico. Los árboles son derribados y todo amenaza con transformarse en un infierno para la fauna que vive allí. Oncade, un hombre obsesionado con su trabajo de peón, lleva a su tarea cotidiana a Tomy, su hijo de ocho años, quien ve con enorme desesperación la forma en que el millonario empresario Davius planifica la destrucción de la selva tropical. Un yaguareté toma conciencia de esta amenaza y advierte a los demás animales sobre lo que ocurrirá cuando no haya más árboles, más sombra, más agua y, en definitiva, más vida. Esto dará comienzo a una gran lucha. Sin embargo, finalmente toda esa gran fauna se dará cuenta de que sólo luchando juntos podrán ganar la batalla contra sus enemigos humanos.

Los guionistas lograron adaptar en forma amena y didáctica los cuentos de Quiroga, y así este dibujo animado, con fondos realizados a mano, se convierte en un entretenido pasatiempo.

Las voces del cantante folklórico Abel Pintos como el coatí Ku; de Rubén Stella como el yaguareté que se transforma en capitán de los animales en rebelión; de Santiago Rovito, que presta su verbo al pequeño Tomy; de Cristina Murta, que otorga sus palabras a una simpática lechuza, y del resto del elenco supieron dar con indudable simpatía la forma en palabras que necesitaba ese grupo de seres de la fauna amenazada por la codicia y por la necedad de los humanos.