Cuando ellas quieren más

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Es curioso como Hollywood intenta aggiornar las películas que tienen como principal destinatario un público adulto, comedias como Cuando ellas quieren más, con un elenco de estrellas de otras épocas, y de las que los más jóvenes, tal vez, en una de ésas, solo reconozcan a Mary Steenburgen, porque estaba en la tercera de Volver al futuro.

Lo de renovar o innovar no pasa aquí por la manera de narrar o los planos, sino por los diálogos que les hacen decir a las cuatro mujeres protagonistas, cargados con un doble sentido explícito la mayoría de las veces.

Qué risa.

Esta es la secuela de Cuando ellas quieren. Y si en la primera todas habían pasado los 60 -y éramos generosos-, ahora tienen achaques de todo tipo. Siguen siendo las mismas amigas que desde hace 45 años se reunían una vez al mes a discutir y conversar sobre el libro que una proponía, y las otras también leían. Son Diane (Diane Keaton), Vivian (Jane Fonda), Sharon (Candice Bergen) y Carol (Mary Steenburgen), interpretadas por ganadoras del Oscar o candidatas al premio de la Academia, no precisamente por estas películas.

Cuatro amigas en pandemia
Cuando ellas quieren (The Book Club) estrenó en 2018, y las cuatro amigas recibían algo así como un pequeño cimbronazo cuando, en su club de lectura, abordaban 50 sombras de Grey.

No empieza mal la película, cuando muestra a las cuatro manteniendo la costumbre de la lectura, pero en épocas de pandemia por el coronavirus. Cada una encerrada en su casa -lujosa, claro- charlando por Zoom.

Si hubieran seguido por Zoom, tal vez, no solo se hubieran ahorrado unos cuantos millones de dólares de producción, de pasajes a Italia y más, y vaya uno a saber en qué hubiera terminado Cuando ellas quieren más.

Porque desde el lado de la platea uno no quiere más, aproximadamente a la media hora de la proyección.

Pero algo tiene que ocurrir, y ese algo le pasa a Vivian, quien cuando finalmente pueden encontrarse en persona, muestra el anillo de compromiso que le regaló Arthur (Don Johnson). Y como el cuarteto se debía un viaje a Italia, organizan una suerte de despedida de soltera con un recorrido que las llevara de la ciudad de Roma a Venecia hasta llegar a la Toscana.

De nuevo es Diane (Diane Keaton) quien lleva la voz del relato. No se la ve en los primeros planos, pero su voz es reconocible. Salvo que elijan, o compren entradas sin saber, una función de las dobladas al castellano, y ahí sí, mejor que hayan leído esta crítica porque no van a saber quién habla en off.

Bill Holderman, que como director solo había realizado la película original, Cuando ellas quieren, volvió a escribir el guion con Erin Simms, y si antes eran poco graciosos, el tiempo no los ha mejorado.

Por allí deambulan los caballeros del reparto, que además de Don Johnson, incluyen a un Giancarlo Giannini ochentoso -bueno, viajan a Italia- en un pobre papel de policía, Craig T. Nelson (de Poltergeist) y Andy García, que recordarán era la pareja de Diane Keaton en la primera.

Y hace 30 años era su sobrino, en El Padrino III. Todo tiempo pasado, a veces, sí fue mejor.