Crímenes ocultos

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

Crímenes ocultos es una producción de Ridley Scott que adapta la novela de suspenso "Child 44" del escritor inglés, Tom Rob Smith.
La trama estuvo inspirada en el caso real de Andrei Chikatilo, también conocido como "La bestia de Rostov", uno de los asesinos seriales más prolíficos de Rusia.
Esta historia la trabajé en detalle en una crónica policial de mi blog hace unos años (ver Dato Loco).
El caso Chikatilo es tremendo y uno de sus aspectos más escalofriantes fue que el criminal pudo operar con impunidad durante muchos años, gracias a la enorme burocracia de la Unión Soviética a fines de los años ´70 y la falta de experiencia que tenía la policía rusa en este tipo de investigaciones.
La propuesta del escritor Smith adaptó la historia real a comienzos de los años ´50, durante el régimen de Joseph Stalin.
No leí "Child 44" pero después de ver Crímenes ocultos me quedó la duda si la novela será tan tonta como esta película o la pifiaron en la adaptación.
El inconveniente de este film es que presenta una propuesta que tenía muchísimo potencial para brindar un gran thriller y la dirección estuvo a cargo de un director que nunca supo qué quería hacer con esta historia.
El realizador chileno-sueco Daniel Espinoza enfocó gran parte del film en mostrar la brutalidad del régimen comunista desde una visión muy norteamericana.
Todos los rusos son representados como zombis miserables que se comportan como androides mecánicos y apenas demuestran emociones humanas. Motivo por el cual cuesta bastante conectarse emocionalmente con los personajes de este film.
Resulta todavía peor el modo en que encaró la investigación del asesino serial que parece salida de una serie de televisión mala de los años ´80.
Tom Hardy, lo único positivo de este estreno, interpreta a un agente secreto de la policía soviética que decide enfrentar a sus superiores para capturar al asesino serial que el estado ruso pretende esconder.
La narración de Espinoza se centra demasiado en los problemas personales del protagonista y descuida la investigación de los crímenes que era el gancho principal de esta propuesta.
La película dura 137 minutos y cuando llega el momento de la resolución del conflicto, Crímenes ocultos decepciona con una serie de clichés hollywoodenses que arruinaron por completo esta propuesta.
El film se basó en una de las crónicas policiales más escalofriantes de las últimas décadas y la trama de este film nunca llega a desarrollar la historia personal del asesino. Tampoco ayudó que la motivación que tiene el personaje para cometer los crímenes fuera completamente simplificada.
La presencia e interpretación de Tom Hardy es lo único que hace llevadero a este film, pese al falso acento ruso que usó el actor, que lo hace sonar como un villano de James Bond de los años ´60.
Gary Oldman, quien siempre es un placer de ver en el cine, lamentablemente aparece cinco minutos en la película y su personajes encima resultó completamente intrascendente dentro del conflicto principal. Lo convocaron para sumar un nombre en el afiche, ya que su trabajo es más que nada una participación especial.
El concepto que presentaba Crímenes ocultos era interesante pero fue desaprovechado por un director que presentó un thriller policial sin suspenso. Una lástima porque el reparto reunido y el caso real en que se inspiraba tenía los condimentos necesarios para brindar una película superior dentro de este género.

EL DATO LOCO.
En este link pueden conocer la verdadera historia de Andrei Chikatilo, el asesino serial que inspiró la novela "Child 44".