Creed II: Defendiendo el legado

Crítica de María Paula Rios - Fandango

Corazón, sudor y puño

Luego que en el 2015 se revitalizará con un spin off la querida saga de Rocky Balboa, justamente con el hijo de Apolo Creed, quien legó la misma pasión por el deporte de los puños que su padre, llega una segunda entrega con un Adonis (Michael B. Jordan) campeón del mundo, defendiendo el título y tratando de “hacer historia”, diría el master Balboa (Sylvester Stallone).

En la cima de su carrera, asesorado por su tío Rocky y enamorado de Bianca (Tessa Thompson), el joven boxeador recibirá la propuesta para defender el título, nada menos que por parte de Viktor Drago. Si, el hijo de Ivan, quien mató a su padre Apolo arriba del ring peleando sucio. A pesar de que Rocky se resiste al embate, debido al odio que profesa Drago padre, Adonis aceptará el desafío. Pero sin los consejos y entrenamiento de su experimentado coach, las cosas se complicarán.

Así se sucederán derrotas y triunfos, aprendizajes, dramas familiares, habrá música acorde a las circunstancias, y sobre todo golpes tanto arriba del ring como emocionales. Adonis también estará en busca de su propia identidad, tratando de despegarse de la sombra de su padre, y como un perro fiel Rocky estará a su lado brindando los consejos que no le pudo dar a su propio hijo. Más allá del entretenimiento, Creed II es sobre todo una especie de manifiesto sobre la paternidad, o el mandato paterno, en todas sus formas.

El padre ausente: Apolo, y Rocky con su hijo; el padre sustituto: Rocky con Adonis; el padre presente: Ivan con Viktor y Adonis con su niña recién nacida. Por supuesto que la figura materna es incuestionable, Adrien, Bianca y Mary Anne, son y fueron fuente de contención y amor. Son sumamente respetadas. Vemos como la espectacularidad de las peleas quedan relegadas a un segundo plano, cuando se acentúa en lo que las motiva.

A esta altura ya no damos cuenta de que Sylvester Stallone tiene tan claro el universo Balboa, y desde el guion lo plantea de un modo tan honesto, que los clichés y el melodrama, al contrario de molestarnos nos movilizan. Porque le creemos… porque empatizamos; porque de cierto modo, y a través de una puesta escena funcional, la cinta se conecta de forma esencial con las primeras entregas de la saga. Sacudí los guantes y prepara el pañuelo, porque si sos fan de la franquicia no te vas a decepcionar.