Contrarreloj

Crítica de Nicolás Viademonte - Función Agotada

24 horas

Nicolas Cage y Simon West se juntaron en 1997 para realizar la querible Con Air - Riesgo en el Aire (Con Air) y ahora unos 15 años después vuelven a unir fuerzas (?) para llevar adelante Contrarreloj (Stolen), una nueva producción de acción que se centra en la figura de Cage y que tiene en David Guggenheim (Protegiendo al Enemigo) al escritor de turno de la trama.

Will Montgomery (Nicolas Cage) es un experto ladrón de bancos que es atrapado por el FBI luego de quedar en la escena del crimen con el botín tras ser abandonado por sus compinches. La cuestión es que Will es condenado a 8 años de prisión, pero luego de unas largas temporadas en la cárcel su esperado retiro de la actividad criminal deberá aguardar unas horas más cuando uno de sus cómplices del pasado decida secuestrar a su hija para obtener los 10 millones de dólares del robo.

Aunque a simple vista no parezcan parecerse tanto, Con Air y Stolen tienen algunas similitudes que no sólo tienen que ver con compartir el mismo director y el mismo protagonista. Ambas se centran en la figura de un ex presidiario que busca dejar atrás su pasado para poder vivir tranquilamente con su pequeña hija y las dos tienen como principal intención la redención del personaje principal por medio de la resolución de un conflicto que lo pone inesperadamente en una línea de fuego indeseada. Pero acá hay diferencias que hacen de Contrarreloj un producto bastante menos efectivo que Con Air.

Josh Lucas interpreta a Vincent, el villano del film encargado de secuestrar la hija de Will. Lucas viene remando hace años en el cine en distintas producciones (The Lincoln Lawyer o J. Edgar, sólo para mencionar las más conocidas) y acá tenía una buena oportunidad con la interpretación de este malvado, aunque por su propia sobreactuación y la estética escogida por Simon West esta caracterización no será la elegida para que él pueda dar el salto hacía la fama. El problema está en que se presenta un Vincent del comienzo y luego un Vincent "evolucionado", pero este último sólo representa una caricatura de sí mismo. Un villano demasiado "comiquero" (le falta una pierna y varios de sus dedos) para una película que no apunta a un registro tan irreal. Está bien, como contraparte tenemos la figura y los pelos locos de Nicolas Cage que tranquilamente podrían representar a varios personajes surgidos de ese universo pero lamentablemente en Contrarreloj su puesta en escena no es ilustrada de esa manera y es allí donde ese choque estético le juega una mala pasada a la cinta.

Es fácil para numerosos críticos a lo largo y ancho del mundo bardear en piloto automático una película protagonizada por Nicolas Cage, ya que no supone una empresa para nada complicada pegarle a un actor que ha tenido varios bodrios (aunque menos de los que muchos aseguran) a lo largo de su extensa carrera. No obstante en Contrarreloj su defensa es más sencilla por la sobriedad que intenta llevar adelante en su labor. Su Will Montgomery posee las mismas motivaciones que el Bryan Mills de Liam Neeson, pero las reproduce desde un lado más torpe, más pasional, no tan inteligente y frio y es esa torpeza la que lo hace menos "admirable" pero lo convierte en alguien más terrenal y más querible.

Completan el reparto la cada día más bella y más solvente Malin Akerman y un Danny Huston que siempre alcanza el tono justo para hacer del sabueso de turno un personaje que genere empatía, a pesar de ser en esta cinta una de las variantes como villano.

Contrarreloj atenta por momentos contra sus propias buenas intenciones, pero están en su brillante comienzo, la vertiginosa y experimentada dirección de Simon West y la sobria actuación de Nicolas Cage sus principales armas para no conseguir autodestruirse.