Contrarreloj

Crítica de Cristian A. Mangini - Fancinema

Secuestro express

Hay películas excepcionales y buenas. Hay películas regulares, esas que quizá tienen algún mérito para verlas. Luego están las malas sin salvación alguna y, finalmente, esa extraña categorización de película para pasar el rato. Son ese tipo de películas que no tienen originalidad, los guiones pueden rozar lo risible y se tornan previsibles hasta el punto que si nos perdiéramos diez minutos sabríamos qué va a suceder. Pero no se puede decir que sean necesariamente malas y tampoco regulares. Son pasatistas, sencillamente eso, a veces logran entretener y a veces no, pero responden a un formato industrial en decadencia. A esta categoría corresponde Contrarreloj, un director que conoce bastante bien el pulso de una película de acción pero que aquí parece acartonado por la autoconsciencia y la parodia. Imposible pensar a este estreno dirigido por Simon West de otra forma.
La sinopsis se puede sintetizar de una forma muy sencilla: tras un robo frustrado, un ladrón súper listo, o al menos así nos lo describe la película, es capturado por la policía en el medio de un altercado con sus compañeros de equipo. El muchacho pasa ocho años en la cárcel debido a que se salva de una condena mayor quemando el dinero que poseía y luego sale, para encontrarse con que uno de sus compañeros se quiere vengar porque luego del altercado vivió una vida frustrante. Por lo tanto, su compañero, que con el pasar de los años parece haberse vuelto un malo de cómic, decide secuestrar a la hija del tipo que recién salió de la cárcel, pidiéndole un botín a cambio. Y es eso, no hay mucho más. Se puede decir que “cualquier trama se puede simplificar”, pero lo cierto es que en otros casos suele haber capas en el contenido de esa sencillez. Aquí no hay nada, es lisa y llanamente una superficie y no es que eso sea malo, pero si encima carece de originalidad y está ejecutada con torpeza, hay poco por lo cual acercarse a esta historia.
En el medio de todo esto hay secuencias de persecución increíblemente confusas, unas sentencias insoportables del policía encarnado por Danny Huston (que parecen sacadas de las sobras de un policial negro) y un final que juega con el desenlace del personaje de Nicolas Cage aunque, sinceramente, a esa altura de la película poco importaba su destino. De hecho, lo más extraño es que el “súper ladrón” hace cosas bastante rústicas para ser un tipo supuestamente frío y calculador. En todo caso, una película que tiene una linda pelea final que roza lo ridículo y un montón de actores que hacen lo que pueden con el guión. Olvidable, pero inofensiva y quizá para pasar el tiempo. Nada más que eso.