Construcción fija para habitación humana

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

Mi espacio, mi soledad

La botonera de un portero eléctrico de un edificio ubicado en el barrio de Once invita al espectador a este recorrido documental de la directora mexicana Adriana Casas, quien buscó desde su propia experiencia y subjetividad retratar y reflexionar acerca de los vecinos de un monoambiente y sus condiciones de hábitat bajo los nuevos paradigmas urbanos, en una propuesta que apela a la síntesis desde la contundencia de sus imágenes y de las historias de vida detrás de los 25 metros de cada uno de los departamentos.

La estructura del relato utiliza el ojo de pez en el apartado visual para dejar establecido el vínculo directo entre el espacio físico y el modo en que cada uno de sus habitantes se relaciona y proyecta su vida puertas adentro. Las reducidas dimensiones que acumulan además objetos comparten para la mirada de la directora un espacio simbólico, donde logra introducir aspectos del orden psicológico o sociológico en manos de profesionales de cada rama que hablan a cámara al estilo clásico de las cabezas parlantes.

En ese sentido, lo más interesante de esta ópera prima son las palabras del arquitecto Rodolfo Livingston, su aporte demoledor de lo que debería representar en términos sociales la arquitectura y su degradación al caer en las redes mercantiles y ajustada a las demandas de un mercado inmobiliario carente de toda lógica y depredador de espacios públicos.

En el micro universo de este monoambiente también se ven en jaque los vínculos entre vecinos y se expresa de manera manifiesta la individualidad, realidad que coarta todo intento de vínculos entre pares al no darse las condiciones edilicias para la libertad y los encuentros.

La simpleza con que la realizadora desarrolla cada una de las temáticas, separadas en estancos con autonomía propia -como por ejemplo el de la arquitectura holística- no significa en lo más mínimo que su obra sea simple, sino todo lo contrario por el nivel de profundidad que alcanza cuando trasciende el problema habitacional urbano y se adentra en los humanos con problemas habitacionales.