Congreso

Crítica de Ezequiel Boetti - Otros Cines

Mientras somos jóvenes

Ultraindie y pequeñísima, Congreso abre con una recorrida por los distintos ambientes de un departamento antiguo ubicado frente al Palacio Legislativo. La escena sirve de presentación para los tres amigos que conviven bajo el mismo techo: un rocker ególatra, chamuyero y exitoso con las mujeres; un actor algo tímido e introvertido pero sensible; y un flamante soltero aún sumido en el duelo por la relación terminada.

Durante su primera parte, el film -estrenado en una de las secciones paralelas del Festival de Mar del Plata 2013- se dedicará a mostrar la dinámica grupal y ciertos usos y costumbres de los veinteañeros actuales, todo en vísperas de una fiesta que se realizará esa noche, convirtiéndose así en una comedia eminentemente generacional en la línea de 20.000 besos, Abril en Nueva York y Voley, cuyo correcto funcionamiento dependerá de la capacidad de cada espectador para empatizar con alguno de los tres protagonistas.

La fiesta es una cena con otras tres amigas. Pasados los juegos etílicos y charlas de rigor, llegará la hora de la división en parejas. A partir de aquí el guión de Tronconi y el propio Luis Fontal apuesta menos a la observación que a la exposición de las debilidades de cada un@ de l@s chic@s mediante algunos diálogos demasiado previsibles pero sinceros en tono confesional, quitándole al film parte de su frescura y agudeza observacional.