¿Cómo lo hace?

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Ya todos sabemos cuál es el problema de Sarah Jessica Parker. Su éxito descomunal en el rol de Carrie Bradshaw de "Sex and the City", hizo que no se pudiera desprender de muchos rasgos de ese papel desde que la serie terminó. Es una buena actriz, de hecho. Pasa que, de alguna extraña manera, no quiso arriesgar mucho en sus elecciones y ante el pool de opciones que le ofrecieron en este tiempo, nunca terminó por romper el lazo con su pasado exitoso y jugarse a moldear alguien totalmente distinto. Digamos, es un 50 y 50. En cuanto arranca "I don't know how she does it" y escuchás a Parker narrar en off, te conecta instantáneamente con su Carrie de toda la vida. Es malo eso? Supongo que en principio, no.
El tema era saber (en definitiva) si este sería otro producto fallido (al que la actriz nos tiene acostumbrados) o el guión permitiría un par de pasos en otra dirección, no tan familiar para ella...
El resultado no es del todo satisfactorio. Creo que a no ser que suceda un milagro (en términos cinematográficos), Sarah Jessica Parker seguirá estando unida, invisiblemente, a aquella reportera exitosa que traía el glamour a las pantallas de los televidentes de HBO en todo el mundo allá por los 90...
Hace unos años, la galesa Allison Pearson (en 2002 creo) escribió un bestseller llamado "No sé cómo lo hace". Compendio ideal para la mujer de esta sociedad capitalista y posmoderna, el libro mostraba con bastante humor, las vicisitudes de una mujer a la que le iba bien e intentaba sostener a su familia con la misma intensidad que a su trabajo. El material era de primera, (cuatro millones de ejemplares vendidos, ejem!), así que, por qué no pensar en llevarlo al cine?

Con esa premisa, Aline Brosh McKenna (quien está por estrenar de su autoría, "We bought a zoo" en estos días) fue invitada a preparar un guión que respetara la historia y potenciara el costado visual de la obra original. Para llevarlo a la pantalla grande, se llamó también a otra promesa de la industria, Douglas McGrath ("Infamous") y se convocó un par de populares actores para rodear a Parker...No fue suficiente.

Kate Reddy (ya saben quien) es una mujer muy solicitada. Responsable de inversiones en su empresa, tiene un ritmo de trabajo infernal que le dificulta el contacto con su familia. Casada con Richard (Greg Kinnear) y madre de dos criaturas, ella se esfuerza por hacer todo bien. Trata de ser organizada, metódica y corre de un lugar a otro intentando no resignar ninguna de sus aspiraciones en la vida. Tarea, desde ya, nada sencilla. Cuando arranca el film, su esposo está desempleado y eso le permite ciertos malabarismos con los horarios, elementos que no estarán presentes cuando él se reintegre al mundo del trabajo.
Se llevan bien, son una familia sólida y si bien sus hijos viven de distinta manera la ausencia de su madre (la mayor le hace unos planteos terribles a la madre), parecen poder con la situación. Kate, merced a su tenacidad y aplicación, logra conectarse con un inversionista en el extremo opuesto de los Estados Unidos, el soltero y madurito Jack (Pierce Brosnan) y deben hacer trabajo de equipo para morder un pedazo mayor de la torta al que están acostumbrados. En otras palabras, si manejar la situación era difícil, una vez que Richard consigue retomar su actividad y Kate dobla su tiempo dedicado a la empresa, los cortocircuitos comienzan a arreciar.
Se sabe el nivel de flexibilidad que debe tener una familia para aceptar el desarrollo profesional de cada integrante de la misma. Ese es el tema central de "I don't know how she does it", cuál es el límite del desarrollo personal cuando se tienen hijos?, hasta dónde uno puede jugar con retacearle tiempo a tu pareja y pretender que todo se sostenga inmutable? Estos dos interrogantes son los que circulan a lo largo de la película. No es, una comedia romántica ni mucho menos.

Los secundarios no dan en el registro (son blandos e insulsos) y Parker rema sola todo el relato sobre sus hombros. Hace chistes, observaciones irónicas, mohínes, dispara millones de frases divertidas en su Blackberry y con eso sólo, sostiene el metraje. Pero no confundirse, que ella sea carismática, no hace que esta sea una buena película, mágicamente. Eso no pasa aquí.
"I don't know how she does it" es un producto regular que sigue dejando a Sarah Jessica Parker en su limbo interpretativo, girando sobre perfiles que tiene incorporado y que la aprisionan como actriz. Si la pregunta es, "me voy a reir?", mi respuesta es "lo dudo". Hay que reconocer, sin embargo, que el libro de Pearson tiene un costado jugoso que se decanta en algunas líneas del guión y que hacen que, de alguna manera, no te vayas con la sensación de que perdiste todo tu tiempo en la sala. Pero no mucho más...