Cómo entrenar a tu dragón 2

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Amigos para la aventura

En concordancia con su vigésimo aniversario, el estudio DreamWorks SKG (S de Steven Spielberg; K de Jeffrey Katzenberg; y G de David Geffen) estrena este año Cómo entrenar a tu dragón 2, -aquí llega pasado mañana- y decidió presentarla (y festejar) en el marco del Festival de Cannes, donde en 2001 la primera película emblemática de DreamWorks Animation (Shrek) se exhibió en la muestra y -toda una rareza por entonces- en competencia por la Palma de Oro.

El ogro que parodiaba los cuentos de hadas no ganó nada, ni siquiera como mejor actor, pero a partir de allí se creó un lazo entre este nuevo estudio hollywoodense y el Festival, y año tras año un título animado tiene su presentación en la ciudad de la Costa Azul.

Gran parte del equipo de la película animada, que el viernes se estrenó en los Estados Unidos, y aquí lo hará este jueves, víspera del feriado del 20 de junio, habló con la prensa acreditada en el Festival hace apenas semanas, cuando Como entrenar a tu dragón 2 se exhibió fuera de competencia.

Cinco años después de que el niño vikingo Hipo (voz de Jay Baruchel) se hiciera impensable amigo del dragón Chimuelo y la vida en la aldea de Berk cambiara para siempre, ahora convertido en adolescente, Hipo reniega del legado que quiere darle su padre (ser el líder del pueblo), y emprende un viaje que lo reencontrará con su madre (Cate Blanchett).

Dan Deblois no sólo es el realizador de la película. Ya había codirigido la primera, y a él se debe un título entrañable de la factoría Disney, Lilo & Stitch. De hecho, las similitudes entre uno y otro filme pasan porque se centran en la relación entre un humano y un ser fantástico (Stitch es un extraterrestre azul de seis brazos -esconde dos para parecer un perro-; Chimuelo es un dragón negro).

“Sin revelar demasiados detalles, una de las cosas que hemos tenido presentes desde el comienzo de la trilogía es que concluiremos la saga revelando el destino del dragón. Es algo que sigue siendo un misterio actualmente, ¡pero tal vez todo será revelado en Cómo entrenar a tu dragón 4!”, bromeó el canadiense, de 44 años. La tercera parte estará lista para junio de 2016. La primera fue candidata al Oscar como mejor filme de animación y, claro, perdió con Toy Story 3.

Cate Blanchett le pone la voz a la madre de Hipo, y viene de ganar el Oscar a la mejor actriz por Blue Jasmine. “Esta experiencia ha sido un gran privilegio. Mis hijos y yo adoramos la primera película -dijo la intérprete australiana, de 45 años-. Es muy divertida, pero también tiene un gran corazón. Como actriz, utilizás todo tu cuerpo para comunicarte. En una película de animación, usás únicamente tu voz, y es una experiencia asombrosa. La diferencia más grande es que no podés interactuar con los otros actores, porque tenés que grabar sola en una cabina”.

Pero como la trama implicaba el reencuentro de su personaje -al que Hipo creía que había sido raptada y fagocitada por los dragones- con Estoico, el padre de Hipo, Gerard Butler, que le pone la voz al jefe de la aldea, tuvo que regrabar su trabajo.

Con la película terminada, Butler regresó al estudio para así afianzar, consolidar detalles de su interpretación vocal. “Grabé de nuevo el 75 por ciento de mis oraciones. Podrán decir que son detalles, OK, pero me sentí más seguro. Creo que así le otorgo mayor emoción a las palabras al ver cómo quedaron en el montaje final las escenas del reencuentro”.

Jeffrey Katzenberg, que suele ser tan diplomático como hiperkinético, “Cannes y Dreamworks es una historia de amor que se remonta a la proyección de Shrek. La animación por ordenador sigue siendo un arte muy joven, la primera película se remonta a 1994. En la actualidad contamos con enormes recursos tecnológicos. Me siento muy orgulloso de Cómo entrenar a tu dragón 2 porque va más allá. Nuestra meta es superar constantemente las expectativas del público”.

Katzenberg tiró datos como para erizarle la piel a cualquiera. “En diez años las películas se verán en cine no más de las tres primeras semanas en cartel, para pasar a otros formatos. Es posible que la entrada cueste 15 dólares, y por verla en TV, 4 y en un celular, 1,99”. También aseguró -aprovechando que creó Oriental DreamWorks, con sede en Shanghai-, que hará películas con ADN chino “desde 2016” que “en cinco o siete años China será el primer mercado mundial”.

Por de pronto, la película aquí llega subtitulada al castellano. Al chino, ya se verá.