Casi un gigolo

Crítica de Luis María Fittipaldi - RosarioCine

El oficio más viejo del mundo

John Turturro es un buenísimo actor de composiciones logradas, al ejemplo recordemos dos perfomances suyas como el atolondrado aunque inteligente responde preguntas de la TV de los años 50 en "Quiz Show (El dilema)"(Robert Redford, 1994) o su magistral "Barton Fink" (1991) a las órdenes de los hermanos Coen. Además dirige y logra buenas puestas en escena -o pantalla- de sus proyectos. En esta caso ha optado por una comedia dinámica, con buen humor y sobre todo la actuación de su conocido e idolatrado Woody Allen como partenaire actoral.
Fioravante (el propio Turturro) ha caído en desgracia económica, pero su amigo de años y ocasional ex compañero de trabajo (Allen) decide pergeñar una salida que le traerá dinero, asi el segundo se convierte en su "cafishio" y el primero se las juega de juguete sexual para compañía de damas, en el medio hay un "menage a trois" con la madura pero muy apetecible Sharon Stone y la explosiva Sofia Vergara, aquí el espectador opinará "No te prohibís de nada..Turturro..!!!".
Claro en el medio hay otra mujer, con la cual el protagonista se encandilará (Vanessa Paradis)y brotará algo más fuerte, encima la mujer es joven viuda de un rabino y el gigolo será acosado y casi enjuiciado por la comunidad judía religiosa.
Los diálogos con el viejo Woody se asemejan mucho a las comedias de éste, y eso hace más atractiva la propuesta que con otros actores, no tendría ni la mitad de atracción que esta posee. Nada del otro mundo, hasta hay un concatenado de ideas típicas del cine de director de "Hannah y sus Hermanas, y "Medianoche en París" que resaltan temas como lo sexual y lo religioso, pero no mucho más que eso.
En cuanto a la banda sonora es excelente, desde los títulos suena Gene Ammons haciendo una versión magnífica de "Canadian Sunset".