Carlos

Crítica de Fredy Friedlander - Leedor.com

Nacido en 1955 y con una docena de largometrajes en su haber desde su debut en 1986, Olivier Assayas recién fue conocido y reconocido en Argentina hace diez años exactamente.

Por una parte fue durante el 16º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata (marzo 2001) en que se realizó una primera retrospectiva, con cuatro de los ocho títulos que acumulaba su filmografía hasta ese momento. Dicho Festival marcó además uno de los puntos más altos en la historia reciente de dicho evento con la presencia simultánea de nombres tan rutilantes como Nikita Mijalkov, Liv Ullmann, Krzysztof Zanussi, Ben Gazzara,Taylor Hackford, Benoit Jacquot, Maria de Medeiros, Marta Meszáros, Julie Delpy (jurado) y una pléyade de realizadores y actores latinoamericanos, incluidos los locales. Qué bueno sería que en el futuro nuestros festivales volvieran a recuperar el protagonismo que alguna vez tuvieron.

Pero ya que de Assayas y su film “Carlos” se trata conviene rescatar el nombre de Rubén Katzowicz, un cinéfilo de alma lamentablemente fallecido con apenas medio siglo de vida, quien con su distribuidora Good Movies estrenó por primera vez dos títulos de Assayas: “Irma Vep” y “Los destinos sentimentales”. Vaya con esta nota nuestro sentido homenaje a Rubén.

Originalmente presentado en el Festival de Cannes 2010 en su duración original de 330 minutos, en verdad una miniserie en tres capítulos, la versión que ahora nos llega dura exactamente la mitad por decisión de su realizador. El no haber visto la versión extendida nos impide la comparación con la que ahora se comenta, cuyo mérito es mantener en vilo al espectador a lo largo de toda su extensión. El trabajo de edición de Assayas puede considerarse exitoso al no notarse que se haya resentido el interés de la trama o la aparición de incoherencias u omisiones.

El venezolano Ilich Ramírez Sánchez era más conocido por sus seudónimos entre los cuales Carlos y también El Chacal. Esta última denominación puede llevar a confusión ya que otro famoso terrorista, también así conocido, fue llevado al cine por Fred Zinnemann en su célebre “El día del Chacal”. Pero al momento del atentado a De Gaulle nuestro “Chacal” era apenas un adolescente cuya lengua materna era el español. A propósito de los idiomas, y en una muy acertada decisión del director, en “Carlos” cada personaje se expresa en la suya propia por lo que no extraña que se hable en inglés, francés, alemán, árabe o ruso además del castellano.

Mérito aparte merece la decisión del “casting” que concluyó con la selección de actores en su totalidad desconocidos o noveles. Quien interpreta al rol central es Edgar Ramírez, visto en roles secundarios en “Bourne: el ultimátum “y en la segunda parte del “Che” de Soderbergh. Nadie más alejado del Che Guevara era Carlos, pese a que por momentos por su forma de vestir y hablar parecen similares. Assayas no busca demonizar al personaje pero tampoco crear de él un mito. En sus primeros años de militancia puede haber habido algún grado de idealismo. Pero ya al momento en que, junto a varios compañeros, toman en Viena en carácter de rehenes a los representantes de la OPEP en su reunión en diciembre de 1975 se percibe que lo motivan otras causas como el dinero, la fama y el lujo.

El director en la edición parece haber privilegiado este episodio europeo posiblemente porque fue muy importante en su “crecimiento” personal, pero también porque está notablemente recreado y encadenado a la posterior etapa en que en avión buscan un lugar en algún país árabe que los acepte acoger.

La parte final muestra la evidente decadencia del terrorista en que no sólo fue cambiando su accionar y la convicción con que se movía, sino también su aspecto físico degradado por aumento de peso, consumo de alcohol y relaciones ocasionales con numerosas mujeres. El final, y no se comete en este caso ninguna infidencia (“spoiler” como suele decirse en inglés), es conocido al punto de que actualmente sigue en prisión en Francia.

La oportunidad de conocer la última realización de Assayas se ve realzada al comenzar a partir del martes 21 y hasta el domingo 26 de julio un ciclo retrospectivo con algunas de la obras más importantes de su importante filmografía en la sala Leopoldo Lugones.