Canciones de amor

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

"Les Chansons d'amour" ya sabemos todo, es una película del 2007. No entendemos bien porque se estrena ahora, tan tarde y encima en DVD ampliado pero... Misterios de la distribución, que le dicen. La primera pregunta que uno se hace es... Suma? Vale la pena? Estoy seguro que es una película necesaria, visto y considerando que es muy original, entretenida y musicalmente interesante. Nos hubiese gustado verla en 35mm y hace un par de años. Seguramente hubiese tenido más espectadores de los que tendrá en este demorado estreno.
Christophe Honoré (su director) homenaje al clásico cine de los 50' pero reviste su ensayo con un lujoso envase moderno y vistoso. Es difícil de catalogar "Canciones de amor", ya que uno se tienta a clasificarla de "musical", pero en esencia, una especie de "opera casual"... O algo así. Los personajes cantan y exponen sus sentimientos a través de un cuidado repertorio que se convierte, inevitablemente, en uno de los puntos altos del film. El ensamble de emociones que se juegan en este escenario integra amores frondosos (con raíces, en algún momento sugiere una protagonista), espontáneos, melancólicos y potentes con otros donde las ausencias, el vacío y la desesperación, reinan y dominan el espacio de transición cuando el desconcierto y la duda se hacen fuerte.
Este delicado film comienza poniendo la lente sobre la vida de una pareja de jóvenes: Ismael (Louis Garrel) y Julie (Ludivine Sagnier). Aparentemente se quieren, pero están entrando en una etapa de experimentación, ya que el primero trae a la convivencia que tienen, una mujer, Alice (Clotilde Hesme) para integrar un trío. Como siempre, este tipo de relaciones son complejas y tienden a desbalancearse con mucha facilidad, ya que si bien los tres son encantadores, no es fácil satisfacer las necesidades de los 3, cuando sienten distinto. Ese es el punto de partida de la historia, pero a poco de empezar lo que pareciera un recorrido colorido sobre los triángulos amorosos (y disfrutamos algunas melodías pop pegadizas y gancheras) en tono de comedia cantada, la cosa se oscurece cuando la tragedia se cierne sobre uno de los amantes...
No contaremos más del argumento porque esta es de las películas que hay que hacerse un lugar para ver.
La historia evoluciona y muestra como cada integrante de ese trío original va resolviendo sus caminos, una vez que algo inevitable modifica la dirección que llevaban. El guión acciona los gatillos en los momentos justos y dispara situaciones que exploran la humanidad de estos sujetos y del medio que los rodea (especialmente la familia de Julie) con gran acierto. Los cuadros musicales ensamblan a la perfección y los actores cantan con bastante oficio, cosa que se agradece. París en invierno está fotografiada espléndidamente y eso que no recorremos los paisajes habituales de la ciudad, sino que vagamos por pasajes no tan conocidos de la misma...
En el debe, quizás debemos decir que a veces nos parecen poco expresivos Garrel y Hesme, quienes afinan mejor de lo que actúan. No es que den la nota equivocada, pero digamos que les falta un poco más de despliegue emocional para estar a tono con la circunstancia que atraviesan.
Más allá de eso, "Les Chansons d'amour" es de esas películas que cada tanto nos sorprenden, y eso, amigos míos, nunca es poco. Altamente recomendable.