Biutiful

Crítica de Julieta Paladino - Fancinema

Mirando más allá la realidad no será tan hermosa como parece:

Ya estamos acostumbrados a que los Films del director Alejandro González Iñárritu no puedan ser vistos sin dejarnos una sensación de amargura y de angustia en la boca, con sus fuertes críticas sociales y sus reflexiones sobre la existencia. Su última película no podía ser menos. Biutiful, nominada a dos premios Oscar como mejor película extranjera y mejor actor masculino (por Javier Bardem), nos presenta una historia en la que abundan estos elementos.

Varios ejes e historias la componen y encuentran un nexo común en Uxbal, el protagonista interpretado por Javier Bardem. Éste será la conexión entre diferentes etnias presentes en la Barcelona de hoy: los chinos que elaboran la materia prima, los africanos que venden esos productos ilegalmente en las calles y la policía española que acepta coimas para mirar hacia otro lado y permitir que todo este circuito funcione. Se trata de un sistema de coexistencia que ya es habitual en todas las ciudades de Europa, dónde muchos inmigrantes no hallan manera de sobrevivir sin ser explotados por el país que los aloja o por sus compatriotas. Y si siguen permaneciendo en ese círculo vicioso es porque se trata de la única posibilidad de trabajo que el mundo les dio. Es una dramática realidad que inunda las calles del viejo continente y que la podemos encontrar de manera similar en nuestro país, dónde los pueblos originarios o los inmigrantes de países limítrofes son explotados laboralmente y obligados a vivir en condiciones terribles. La segunda gran conexión que establecerá Uxbal en Biutiful será entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Esto se debe a su capacidad de ver las almas en pena y de ayudarlas a partir hacia el más allá.

Además de cumplir estas funciones, el protagonista será antes que nada un padre dedicado, preocupado de sobremanera por sus dos niños ante la ausencia de una madre alcohólica y adicta, cuya función materna deberá ser también desempeñada por él.

Lo que potenciará la tensión de este contexto dramático que se nos presenta, será la noticia de una enfermedad terminal padecida por Uxbal. A partir de este momento, deberá convivir con la conciencia de una muerte inminente y su imposibilidad de seguir cumpliendo con su paternidad. Este gran conflicto existencial será encarnado de manera increíble por Bardem. En una entrevista en el Festival Internacional de Cine de Morelia, manifestó lo siguiente con respecto a su trabajo para el rol de Uxbal: “Creo que me fui hacia la médula de alguien que no puede escapar a enfrentarse a sí mismo; la muerte lo pone ahí. Los personajes que enfrentan la muerte tienen otro tipo de contradicciones mucho más importantes que los que simplemente van por ahí en la vida, porque hay que rebobinar y ponen a pensar cuál es el legado que dejan. Mi viaje, como el de todo el equipo, fue mantenernos fidedignos a la idea del legado de la película, que es, a mi juicio, la compasión”.

Biutiful es un film duro de crítica social pero sobre todo una gran reflexión sobre el amor, la vida, la muerte y si existe una mejor manera de partir de éste mundo, sin dejar cosas pendientes. Con un destacado trabajo de fotografía, por momentos nos asfixia con planos cerrados y cámara en mano en algunos momentos angustiantes o de relativa acción, para luego darnos algunos instantes de alivio con planos abiertos de cielos y aves volando o del atardecer en Barcelona. Todo esto acompañado por un meticuloso trabajo de sonido, donde predomina la utilización de una música que establece cierto contraste con las situaciones que estamos viendo, probablemente para incrementar la sensación de incomodidad del espectador frente a la pantalla. Los efectos sonoros irán de la mano con la música original compuesta por músico argentino Gustavo Santaolalla.

En fin, por todo lo anterior, se trata de una película que no hay que dejar de ver. Quizás la siguiente afirmación del propio Iñárritu sea algo presuntuosa pero sintetiza el fin que se propuso a través de esta historia de denuncia: “Hace 60 años Buñuel rodó Los olvidados; ahora me tocó a mi ir a Barcelona a filmar a los olvidados: los indocumentados e inmigrantes”.