Biutiful

Crítica de Cecilia Martinez - A Sala Llena

La Vida no es Bella.

Cuando terminé de ver esta película me quedé con una sensación por demás extraña, como con cierta indecisión con respecto a si lo que había visto me había gustado o no, y la sensación persiste, por eso me voy a limitar a hablar sobre los aspectos del film que me gustaron y los que no me gustaron.

Las tres películas anteriores de Iñárritu me gustaron, especialmente 21 Gramos. Leí algunos comentarios sobre Biutiful y uno decía “la mejor película de Iñárritu”. Mi opinión, parcialmente formada, reza lo contrario. Biutiful no me disgustó del todo pero para mí es la peor de su filmografía.

Sin bien en este film Iñárritu se aparta –o dice apartarse– de la estructura coral de sus películas anteriores, Biutiful no deja de ser una historia acerca de muchas historias, solo que en este caso, el punto de convergencia de todas, el eje temático, ya no es una situación determinada sino el personaje de Bardem. Y una de las debilidades de la película tiene que ver con eso, con intentar apartarse de un estilo pero volver a caer en él, torpemente y de refilón. Y el otro error que comete Iñárritu es querer abordar demasiadas temáticas tan pesadas y complejas. No estoy criticando el hecho de que una película quiera tratar varios temas, estoy cuestionando el hecho de que, inevitablemente, en dos horas y media, no se pueden cubrir todas esas historias sin dejar demasiados cabos sueltos o desprolijos. Porque Biutiful trata de: un ser humano frente a una enfermedad terminal, la muerte, la bipolaridad, la clarividencia, la trata de inmigrantes ilegales, la xenofobia, la corrupción de las fuerzas policiales, la familia, la paternidad, el amor, la homosexualidad, la pobreza y varias cosas más. Y termina la película y uno queda como golpeado, con la sensación de “tengo que procesar todo lo que acabo de ver”, lo cual está bueno, pero algunas cosas se pierden en semejante inmensidad.

Sin dudas, el tema que peor está abordado es el don de Uxbal de comunicarse con los muertos; francamente, no entiendo el propósito de la inclusión de esto, no le veo razón de ser, y queda totalmente traído de los pelos.

Otro punto muy débil de la película son los golpes bajos. En una entrevista realizada por Pagina 12, Iñárritu afirma: “me parece que la tragedia es extremadamente entretenida”. La tragedia en este film no es entretenida sino puramente efectista. A mí me gusta emocionarme con una película pero la emoción que disfruto es esa que surge a partir de que algo en la película me toca alguna fibra íntima o me toca algo adentro, algo mío, y a partir de eso aflora la emoción. La emoción causada por varias escenas de este film tiene un efecto inmediato, casi inconsciente, en el espectador, por ejemplo, al ver 40 planos distintos de un bebe muerto por envenenamiento por monóxido de carbono, o a Javier Bardem mientras acaricia el cuerpo de su padre muerto (¿¿¿???); todo, obviamente, con tonalidades menores de fondo. Pauline Kael hablaba justamente de eso en uno de sus ensayos, de la bronca que le provocaba encontrarse con films de este estilo, en los cuales se busca la emoción fácil, se persigue deliberadamente un efecto lacrimógeno en el espectador. Biutiful tiene varias escenas así y eso me molestó. Parece que Iñárritu hubiese pensado algo así como “te hago un dramón de aquellos; para eso elijo a un personaje, a punto de morir, al que le pasan las peores cosas que le pueden pasar a un ser humano, te meto en el medio 20 historias terribles, lo mezclo todo en una coctelera y tomá, arreglate”. No se, así quedé.

Como puntos a favor puedo mencionar tres.

-La actuación de Javier Bardem; sí, él “es” casi todo el film, aunque acá también hago una salvedad que tiene que ver con una falla del guión: ¿su enfermedad lo termina transformando realmente? Por momentos sí y por momentos no, no queda claro, o se termina desdibujando en la inmensidad temática que es el film.

-La banda de sonido, compuesta por Gustavo Santaolalla –a excepción de la música efectista que mencioné antes– acompaña bien las escenas y tiene ese matiz minimalista y ecléctico característico de Santaolalla, que se conjuga muy bien con el estilo de la película, como fue el caso también de sus anteriores colaboraciones con Iñárritu. La música está reservada para ciertos momentos de tensión dramática, sin hacer abuso de ella, y genera gran armonía entre imagen y sonido en las escenas en las que aparece. La selección de música diegética es muy acertada también y provoca bastante acercamiento con el espectador.

-Por último, hay un rasgo que suelo destacar del cine de Iñárritu: el realismo crudo con el que muestra las realidades; la estética, la fotografía, la puesta en escena, la técnica de cámara en mano, todo esto ayuda a instaurar un realismo y una verosimilitud impactantes. Uno realmente se siente oprimido por estas historias que, como es característico en el cine de Iñárritu, son sumamente trágicas y exploran lo más bajo de la condición humana.

No se, creo que sigo sin decidirme pero bueno, esto es lo que logré esbozar.