Bienvenido a Alemania

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

¿Sabes quién viene a vivir con nosotros?

Un mismo problema puede contarse en tono de drama o de comedia. Y lo que es un drama para alguno puede resultar un chiste comparado con el verdadero drama de otro, que lo cuenta casi como si fuera un chiste. Así ocurre con los Hartmann, una de esas familias bien burguesas y muniquesas con unos cuantos conflictos medianamente controlados, cuando la mater familiae decide incorporar a otra persona, digamos, bastante distinta: un morocho nigeriano, que tramita su condición de refugiado en la tierra de los rubios. Ella lo ayuda de puro buena que es y el muchacho también es bueno, pero hay que ver si los otros lo entienden. Y hay que ver también los cambios que esta convivencia pueden traer, para bien o para mal.

Representación de la Alemania pluricultural de estos tiempos, la película toca varios temas preocupantes, pero lo hace con humor y bastante bonhomía, ese humor entre bonachón y sobrador de ciertos alemanes bien alimentados, que se ríen de todos, y también de sí mismos. El conjunto es agradable y estimulante. Y no por nada el año pasado fue el mayor éxito cinematográfico de ese país. El autor de esta comedia es Simon Verhoeven, hijo de un autor de dramas terribles, Michael Verhoeven, y de una buena actriz todavía hermosa, Senta Berger, aquí protagonista. Invitado de honor, el músico congoleño Erik Kabongo, que en la vida real habla menos alemán que su personaje.