Bienvenido a Alemania

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

El vicio de la corrección política

Bienvenido a Alemania es una comedia de medio pelo con una exagerada corrección política. Esos dos elementos la hacen completamente insulsa, aunque por momentos algunos gags se disfruten. Estamos frente al problema de los refugiados y una mirada inocente de un conflicto que azota a toda Europa y desnuda en su cara más cruenta las hipocresías de las sociedades y los Estados respecto a la suerte de millones de excluídos.

En ese contexto los bien intencionados Hartmanns, esposa jubilada, padre médico e hijos de diferentes edades, deciden darle cobijo a un nigeriano. El hombre que huye del despotismo de su país de origen tiene la esperanza de quedarse en el continente amigo a pesar de las trabas burocráticas y rápidamente se gana la simpatía de varios de los miembros mas no la del páter familia, representante de toda la xenofobia y prejuicios germanos desarrollados por el director Simon Verhoeven con absoluta liviandad.

Como toda comedia para toda la familia y con buenas intenciones, la lavada de cara de la corrección política conduce al desenlace con moraleja y un mensaje de tolerancia racial tan subrayado como el origen germanófilo de los Hartmann y su aburrimiento burgués.