Aquel querido mes de agosto

Crítica de Lorena Vazquez - Subjetiva

La noche americana

En escena hay una fila de fichas de dominó en un orden y una distancia precisa, dispuesta por la mano de un director – Miguel Gomes – y su equipo técnico. Y es que, aparte de Dios, ¿hay alguien más omnipotente que un director de cine? Con esa obra de la ingeniería humana hubiera empezado Aquel querido mes de agosto si el malo de la película –llamémoslo el productor – no la hubiera desbaratado en un acto de mera torpeza.

Distorsiones del audio, conflicto con el sonidista, los conocidos intereses encontrados con el productor y la hazaña de encontrar actores son algunos de los temas puestos en función de refutar este viejo mito del director con control total sobre su obra.

Pero esta película es mucho más que un backstage o una demostración de lo complicado que puede ser el proceso de trabajo colectivo cuando se trata de hacer cine. Si hasta acá Aquel…recordaba a La noche americana, de François Truffaut, se desentiende de su predecesora al plantear un confuso juego con los límites de dos géneros con más similitudes que las que pueden admitir. Lo que comienza siendo un documental hecho de fragmentos de música de bandas en vivo, lugares y anécdotas de gente común, se va convirtiendo en un drama sobre un romance entre dos primos incestuosos y un padre medio adípico.

Con el cambio de documental a drama, lo que antes era persona ahora es personaje, lo que era un problema se convierte en un conflicto dramático y va de paisaje a decorado. Los limites se confunden hasta el punto de no saber si el documental no es parte de una emboscada al espectador y es, en realidad, tan ficticio como el resto de la película.

Aquel…, ganadora de la última edición del Bafici, es una de esas raras películas que se hacen gigantes a medida que avanza el tiempo. Lo poco convencional e inconexo que puede parecer la primera parte – el documental – ancla sentido en el drama posterior. Y si bien esto exige un espectador atento y bien predispuesto, superada la abulia del primer momento, resta disfrutar de una película inteligente y original.