Animales fantásticos y dónde encontrarlos

Crítica de Diego Batlle - La Nación

El humanismo lúdico de J. K. Rowling sostiene el inicio de esta nueva historia

Animales fantásticos y dónde encontrarlos fue en principio el título de un libro mencionado como texto escolar de Hogwarts en la saga de Harry Potter y en 2001 apareció como una guía de criaturas mágicas (sin desarrollo dramático) publicada exclusivamente con fines benéficos. Casi 15 años más tarde, aquella creación marginal se convierte en el inicio de un spin off que significó además el debut como guionista de la propia J.K. Rowling.Si el público espera una precuela de los siete libros y las ocho películas de Harry Potter hay que advertirle que las referencias y conexiones por ahora son mínimas (el nuevo protagonista, Newt Scamander, proviene de la célebre escuela de magia y por allí se nombra a Albus Dumbledore, quien en próximas entregas aparecerá en versión juvenil). Los personajes, la época (1926), la ciudad (Nueva York) y los conflictos son totalmente nuevos y -más allá de los nostálgicos de Harry, Hermione y Ron- es bueno que así sea. De todas maneras, la presencia de David Yates, director de las últimas cuatro entregas de la franquicia de Harry Potter, le otorga cierta continuidad, al menos en el estilo visual y el pulso narrativo.

Newt Scamander (un Eddie Redmayne algo exagerado en su caracterización de mago torpe e introvertido) llega en barco desde su Inglaterra natal a la isla Ellis con los queribles animales fantásticos del título en su valija (así como leen). Pronto se topará con un "nomago" (un simpático repostero interpretado por Dan Fogler) y dos bellas magas que además son hermanas (Katherine Waterston y Alison Sudol), quienes lo acompañarán en sus múltiples desventuras y enfrentamientos con el Congreso de Magia de los Estados Unidos que conducen con mano dura Seraphina Picquery (Carmen Ejogo) y sobre todo Percival Graves (un inexpresivo malvado a cargo de Colin Farrell).

Si Redmayne queda bastante lejos del carisma de los protagonistas de Harry Potter, la tensión romántica (con tintes de amor imposible) entre una maga y un "nomago" va ganando espacio e interés. La reconstrucción de época y el uso de los efectos visuales son extraordinarios (los 180 millones de dólares de presupuesto se notan, pero jamás se ostentan), las apariciones de las pequeñas o gigantescas criaturas mágicas no abruman y agradarán a los más pequeños, mientras que se agradece la apuesta humanista, lúdica y noble de Rowling en medio del cinismo y la solemnidad que han caracterizado a tantas películas recientes de superhéroes. Una nueva saga ha nacido (Johnny Depp aparece aquí brevemente y se convertirá en el principal antagonista de las próximas entregas) y el arranque, por suerte, está a la altura de las expectativas.