Amor por sorpresa

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

En Amor x sorpresa hay un muchacho rico que quiere morir

Terminar con la existencia y prepararse para una muerte digna son elementos que sufren muchos seres cuando ya no tienen razón para existir. Esto es, precisamente, lo que le ocurre a Jacob, un multimillonario que habita una lujosa mansión y está rodeado por decenas de sirvientes. Cuando muere su madre, ya cree que nada tiene sentido pues todo su micromundo se desbarranca, ya que ni siquiera el amor pasional se le ha acercado nunca. Bien pronto todo este andamiaje toma el camino de la más divertida farsa cuando Jacob comienza a preparar sus días finales, y así se dedica con ahínco a elegir el ataúd en el que descansarán sus restos. Pero en la funeraria conoce a una hermosa joven, de la que se enamora y que probablemente tuerza sus planes.

En torno de estas aventuras y desventuras el director holandés Mike van Diem, quien en 1997 ganó el Oscar a la mejor película extranjera por Carácter, elaboró una entretenida y divertida secuela de escenas.

Dentro del género de comedia romántica, Amor x sorpresa posee todos los atributos para insertarse con simpatía en sus dos personajes centrales, y el saldo es un entramado a la vez cálido y humorístico apoyado con indudable calidad por Jeroen van Koningsbrugge y Georgina Verbban como esa pareja que, a través del amor, olvida sus deseos mortales. Un elenco dispuesto con entusiasmo a acompañar a los protagonistas en este ir y venir entre persecuciones, engaños y secretos y unos rubros técnicos de gran calidad suman puntos a esta trama concebida con inteligencia y pericia para delicia de los espectadores. Lo que no es poco.