Amigos con beneficios

Crítica de Migue Fernández - Cinescondite

Por la cercanía en el tiempo de un estreno con el otro, es imposible no ver Friends with Benefits (Amigos con beneficios) y establecer comparaciones con No Strings Attached (Amigos con derechos), dado que como sus títulos demuestran prácticamente comparten argumento. Teniendo en cuenta que la segunda contaba con una dupla protagonista de mucho mayor peso y que su resultado aún así había sido malo, poco se podía esperar de esta nueva película. Un punto de partida para mirarla con otros ojos era la presencia de Will Gluck en la silla de director, sabiendo que su último trabajo, Easy A, resultó en una comedia muy lograda. Es en parte gracias a él y a sus guionistas que este segundo acercamiento del año al tema de los fuck buddies sea notablemente superior al primero.

No hay que menospreciar a este estreno aseverando que sólo es una buena comedia por comparación con una mala. Es una buena comedia porque funciona como tal. Los diálogos son ágiles, la pareja del título tiene mucha química y, como últimamente necesita cualquier film de este género, hay un buen grupo de personajes secundarios. La frescura de Mila Kunis es una constante en un papel bastante similar al de Forgetting Sarah Marshall, mientras que Justin Timberlake lo hace dentro de todo bien, salvando los momentos en que los realizadores buscan que sea Justin Timberlake y lo hacen volver a la época de 'N Sync. Por otro lado tanto los experimentados, como la desatada Patricia Clarkson, el avejentado Richard Jenkins y la loca de Woody Harrelson, hasta los novatos, el pequeño Nolan Gould (Luke de Modern Family), todos acompañan a un dúo que no sufre la necesidad de compañía dado que se sacan chispas frente a la cámara. Para cerrar con el tema actores hay que mencionar las simpáticas participaciones menores de Emma Stone, Jason Segel y Rashida Jones, estos últimos dos en el marco de una falsa comedia romántica que dan en televisión.

Tanto lo ya mencionado como ciertos detalles, como la relación de Dylan con su padre enfermo (lo cual en un primer momento parece descolgado pero con buenas actuaciones y guión se ajusta perfecto) o los momentos cómicos durante el sexo PG-13 made in Hollywood, son puntos favorables para una película que no arriesga demasiado e igual gana. Son aspectos que mejoran mucho una película que por lo general sigue un rumbo fijo hacia la habitual previsibilidad de género.