Amenaza roja

Crítica de María Gabriela Losino - Cine y más...

Casi treinta años después de su estreno en 1984, en pleno desarrollo de la Guerra Fría, la película concebida por Kevin Reynolds (historia y guión) y John Milius (dirección y guión), y protagonizada por Patrick Swayze, Charlie Sheen, Lea Thompson y Jennifer Grey, tiene su remake.

Mientras en aquella producción la "amenaza roja" era de origen soviético (Reagan y "el imperio maldito") en esta versión actualizada que mantiene los temas esenciales de la historia original, la única diferencia es que el enfrentamiento es entre los Estados Unidos, comandados por el presidente Barack Obama, y Corea del Norte, a cargo del caprichoso Kim Jong-un, una enemistad latente provocada por asuntos relacionados con pruebas balísticas y misiles nucleares.

La historia básicamente se trata de una invasión. Casi como una de tipo extraterrestre, un día una pequeña ciudad del estado de Washington llamada Spokane, amanece ante la surreal visión de soldados extranjeros cayendo del cielo con sus paracaídas. Asombrosamente, los norteamericanos han sido invadidos por los norcoreanos y la ciudad es el blanco inicial del ataque. Nada se sabe sobre lo que sucede, sólo que los ciudadanos se encuentran prisioneros en su propio hogar.

Liderados y entrenados por Jed (Chris Hemsworth), un marine que se encuentra de licencia en su pueblo natal, un grupo de adolescentes entre los que también se encuentra su hermano menor Matt (Josh Peck), están determinados a defenderse. Así, conforman un grupo de jóvenes patriotas que se reorganiza hasta formar una resistencia. A ellos se suman Toni (Adrianne Palicki), Robert (Josh Hutcherson), Erica (Isabel Lucas), Daryl (Connor Cruise) y Danny (Edwin Hodge).

Dan Bradley, un realizador que ha trabajado como encargado de la segunda unidad de películas como "La Supremacía de Bourne", "El hombre Araña 3", "007 Quantum of Solace" y "La Ciudad de Las Tormentas", entre otras, dirige su primer largometraje, cuyo resultado termina siendo, como en la mayoría de las películas de Hollywood, una oda al patriotismo. Si bien ésta recae en las ideologías propias del comunismo y el capitalismo y el poderío militar de uno y de otro, resulta entretenida por momentos pero ridícula e inverosímil, en otros.