Amante a domicilio

Crítica de Matías Pérez Andrade - Revista Maxim

Divino decadente

Una comedia con mucho, pero mucho, sexo. Ideal para tu piel de verano. “Este es el lugar donde sabía que iba a terminar, porque la verdad que soy un flaco muy lindo” nos cuenta Nikki (interpretado por el pirata de Ashton Kutcher, famoso por darle y darle a Demi Moore). El “lugar”, por supuesto, es Beverly Hills y Nikki vive de las minas. Sus días consisten, básicamente, en hacer nada y salir de gira por las discos caras de la ciudad para fornicar con todo lo que se cruza. De laburo, ni hablar. Duerme en la mansión de una cuarentona muy dable, que lo mantiene nada más que por el único atractivo que tiene: la tripa gorda. Claro que todo lo bueno algún día termina y para Nikki eso ocurre cuando se enamora de una moza de bar que resulta ser una versión femenina de él mismo. La peli es una sucesión de fiestas en casas carísimas donde Nikki se pasa por la piedra prácticamente a todo el elenco. La recomendamos por sus abundantes desnudos femeninos y derroche de dunga dunga, ideales para ver acompañado.