Alma

Crítica de Blanca María Monzón - Leedor.com

Fernando es cajero de supermercado, y esta casado con Alma, que es una profesora de piano con un severo trastorno bipolar, lo que hace que en algunas circunstancias se sienta avergonzado por ciertos comportamientos tan inesperados como insólitos. El tema es que esto se lo confiesa a una compañera de trabajo, y -sin querer- sale al aire -(como en el ofrecimiento de las ofertas) y ella lo escucha. Por lo que le exige que se vaya de la casa. A partir de este suceso cómico e indeseado es que comienza una comedia romántica, con situaciones desopilantes, y no siempre con el mismo efecto.

Tanto su director (Diego Rougier) como el personaje de Alma (Javiera Contador) -pareja en la realidad- provienen de una larga y exitosa carrera en la televisión chilena y eso se nota, ya que aporta lo bueno, y también sus limitaciones, que en este caso aparecen centradas en su intensión de apostar a lo ligero que supone la comedia. Y esto remite a que no se hace cargo de una cuestión esencial, que es la bipolaridad de Alma. Es decir, que la existencia de esa enfermedad, no genera ningún tipo de reflexión, siendo uno de los ingredientes fundamentales del film. No alcanzando por lo tanto, la profundidad necesaria para emocionarnos, cosa que es parte también del género.

Paralelamente hay una serie de personajes secundarios, (el compañero del supermercado, los compañeros de colegio, las vecinas, la portera y su pequeña hija que hace de informante, Gaspar y su madre, los falsos ladrones, los policías, y el dueño de un video devenido en maleante ) que están medianamente logrados. Por lo que tiene momentos cómicos. No es casual que en Chile, Alma, haya generado tantos espectadores en su estreno en el 2015.

El uso de los colores en la vestimenta vintage de Alma, acentúan su carácter irreverente, su particular modo de estar en el mundo…ese costado de terrorismo cotidiano, exagerado por momentos. Y que nos recuerda al personaje de Amelie sobre todo andando en bicicleta. Y eso se da también en la gestualidad. Conviniendo que en el imaginario cinematográfico en bastante imborrable su presencia, y que como maravilloso film a generado el modelo “Amelie”.

No obstante Alma, si bien no es Gloria, -por poner un ejemplo de la comedia chilena reciente- es una propuesta que hace reír al espectador, aunque luego no haya demasiados motivos para recordarla.