Al centro de la Tierra

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Obsesivo con los OVNIs
Este documental de ficción o ciencia ficción de Daniel Rosenfeld se balancea bien entre la realidad y la fantasía.

Después de esa magnífica experiencia audiovisual que resultó Cornelia ante el espejo (2012), Daniel Rosenfeld estrena este suerte de “documental de ciencia ficción” o ficción documentada que se aleja en formas y situaciones de su película anterior, basada en el relato de Silvina Ocampo.

Antonio ya pasó los 70 años y está algo más que obsesionado con dos cosas. Una, el contacto con los extraterrestres, tras haber tenido hace años una visión de un objeto volador no identificado. La otra, es transmitirle ese sentimiento o fascinación a su hijo.

Antonio ha filmado y quiere que su pequeño haga lo mismo. Rosenfeld acierta en los contrapuntos de diálogo entre los personajes, y también cuando pone frente a frente al hombre común (Antonio) con Fabio Zerpa (el experimentado). Es un tête à tête imperdible.

Por momentos la película, que tiene sus tempos -y en eso el director de Saluzzi, Ensayo para bandoneón y tres hermanos y La quimera de los héroes se mantiene firme- amplía su horizonte recordando a Antonio con los cerros y montañas. La dirección de fotografía de Ramiro Civita (Garage Olimpo, El invierno) es excepcional, porque integra colores creando más atmósferas a las que propone el realizador desde su manera de contar.

Al centro de la Tierra tiene dos obsesiones como puntos neurálgicos. Pero ninguna está sobre la otra, ni la opaca o elimina. Está en el espectador atento descubrir cuánto de esa relación de Antonio con su hijo y con los OVNIs lo aborda, le llega.