Aguas turbulentas

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Partitura noruega notable sobre la redención y la culpa

Es raro que llegue cine noruego a nuestras salas, así que a priori había que prestarle atención a este estreno. Si bien nos llega 3 años más tarde de lanzamiento original, lo cierto es que es interesante poder acceder al pensamiento nórdico en materia de cine a través de uno de sus exponentes más reconocidos de los últimos tiempos, como es el director Erik Poppe. El hombre viene del campo de la publicidad y su trayectoria lo trae como un cineasta con mucho éxito en su país natal, merced a su "Oslo trilogy", de la cual, "De Usynlige" es la tercera y última parte. El hilo conductor de estos trabajos, es enfocar la mirada hacia el mundo marginal, la juventud y los peligros que acarrea no estar bien acompañado y asistido a la hora de tomar decisiones importantes. Es bueno que nos llegue al menos el último, "Aguas turbulentas", drama pausado y reflexivo que se destaca por el equilibrado análisis de las emociones enmarcadas en una tragedia donde nadie, nadie es totalmente inocente.

Esto juega de manera crucial en la cinta: dentro del contexto religioso de esa geografía y de cualquiera similar (en este caso, el protestantismo), no hay redención sin perdón. De manera que esto anticipa lo que viene: la madre del niño que él mató (según los fríos términos judiciales) lo identifica en la iglesia donde trabaja y no está dispuesta a dejar que Jan viva una vida normal. Ahí en ese instante, lo que venía siendo convencional, Poppe lo dinamita.

¿Cómo? A la mitad del metraje, abandona a Jan (su seguimiento) en un momento crucial de su vida (del que sólo podemos anticipar que es cíclico) y pone los ojos detrás de Agnes (Tryne Dyrholm), la sufrida mujer que busca venganza. De ahí en más, veremos la otra cara del sufrimiento humano, en una persona que a pesar de haber adoptado dos hijas, no se resigna a vivir en paz, dolida por la pérdida de su primer hijo propio. Ella dibujará en su rostro toda la paleta de emociones naturales de una madre en su estado e irá por una revancha que provocará un final de alto voltaje entre los dos protagonistas de la historia.

Seguramente si el libro hubiese seguido a Jan hasta el final, "De Usynlige" no tendría la fuerza que tiene. El oportuno y genial giro oxigena el film y nos regala una segunda hora mucho más intensa que la primera donde parte del rompecabezas comienza a tomar forma. En un duelo actoral de primer nivel, Valheim Hagen y Dyrholm se sacan chispas en roles opuestos, logran darle humanidad a un relato que propone un debate abierto: ¿Cómo se perdona de corazón a quienes le quitaron la vida a un ser amado? No se si al final del film y cuando las luces se prenden encontramos respuestas a semejante interrogante, pero sí se que aquellas reflexiones que "Aguas turbulentas" trabajan, permanecen en el público una vez que salimos de la sala.

Una película fuerte, dura, áspera que se presenta como una rareza en nuestra cartelera. Un drama al que hay que prestar atención y que nos deja con ganas de más, sin dudas