Aguas turbulentas

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

ELOGIO DE LA CULPA

En el cierre de su trilogía de Oslo, Poppe aborda un tema extremo para la sensibilidad del espectador (el robo y posterior muerte de un niño) como punto de partida para ofrecer un preciso, contundente estudio sobre la culpa. Es verdad que en algunos pasajes cede a la tentación de caer en ciertos simbolismos, alegorías, analogías y paralelismos que pueden resultar un poco obvios y torpes, pero en buena parte de las dos horas sostiene un impecable, profundo etrato psicológico de los dos protagonistas: el joven que sale de la cárcel luego de haber purgado dos tercios de su condena por la desaparición de un chico y la madre que ha intentado rehacer su vida con dos hijas adoptivas, pero que sigue sumida en el odio y el dolor.

El film está narrados en dos líneas paralelas que sobre la mitad del relato confluyen cuando la mujer -que está a punto de mudarse a Dinamarca con su familia- descubre que el protagonista trabaja tocando el órgano en una iglesia. Película sobre el sino trágico, la culpa, la venganza, el perdón y la redención, Aguas turbulentas se beneficia de la sensibilidad y credibilidad con que Poppe construye cada uno de los personajes y del aporte de un elenco sin fisuras. Un film duro, es cierto, pero al que vale la pena darle una oportunidad.