Actividad paranormal: La dimensión fantasma

Crítica de Iván Steinhardt - El rincón del cinéfilo

Habría que hacer cuentas para saber cuánto ha recaudado en millones de dólares la saga de “Actividad paranormal” alrededor del mundo. Es mucha plata. Mucha. Ni hablar si se tiene en cuenta el costo. Pareciera ser que cada entrega recauda más que la anterior y ahí sí podemos establecer un patrón de comportamiento en el público porque cada entrega tiene un guión peor. Es decir, a peores ideas, más plata en las boleterías. ¿Habrá forma de analizar este fenómeno por los antecedentes? Ya de por sí lo primero paranormal de “!Actividad paranormal 5: la dimensión fantasma”, es que se hayan necesitado cuatro tipos para escribirla. ¿Qué hicieron antes de su vida artísitca? Adam Robitel y Gavin Heffernan vienen de escribir una bazofia llamada “La posesión de Debora Logan” (2014) y los otros dos, Jason Pagan y Andrew Deutschman escribieron “Proyecto Almanac” (2014), en todos los casos no hubo estreno en nuestro país más que en DVD.

O sea, experiencia en los guionistas no hay y no se ve muy auspicioso que los primeros pasos sea un refrito que ya huele demasiado a rancio. Es irónico que al lado de esta entrega la primera ya parezca una idea genial, pero uno vuelve a ver el tráiler de aquella de 2007 y vuelve a cierto estado de raciocinio:. No tenía más novedad que la utilización de la realidad vista a través de los rigurosos registros estilo “vigilancia” y la mentira total a partir de traicionar su propio código con encuadres y tomas que se entrometían necesariamente por agotamiento total del recurso.

Por su parte, Gregorý Plotkin dirige por primera vez un largometraje, pero fue el compaginador responsable de las tres anteriores. o sea que si de algo conoce es de incoherencia, inverosímil y de negación total de la propuesta estética.

La redundancia narrativa y de propuesta se denota desde el afiche cuando leemos el título, pero además vuelve el registro actoral en tono realista, la cámara espástica que no para de moverse, la cámara fija que no cuenta absolutamente nada porque sólo sirve como puente para volver a traicionar el sentido común.

Todo lo que funcionó hasta ahora y que claramente no cesará de repetirse hasta que la platea salga de su letargo. Esta vez un tipo que se dedica a diseñar video juegos se muda al lugar en donde todo está mal aunque parezca al principio que todo está bien. Cansa. Aburre. La saga de “Actividad Paranormal” ya debería formar parte de los personajes de la tercera entrega de “Hotel Transilvania·, esa de dibujos animados sobre monstruos que ya no asustan a nadie.