A Roma con amor

Crítica de Javier Galestok - RosarioCine

Woody al Tuco

Cada filme de Woody Allen tiene esa marca segura que no deja de mostrarnos su impronta, con sus chistes inteligentes, sus sabias reflexiones y la bijouterie de actores que corren a su llamado seguro sin ni preguntar cuantos les van a pagar.
En esta oportunidad el realizador la toma con la esplèndida y eterna Roma, para mostrar sus postales paisajìsticas tanto como el tìpico modo de alguno de sus habitantes o turistas.
Son tres historias paralelas que no se corresponden entre sì, ni tienen nada que ver: el conflicto de unos chicos provincianos recièn llegados -quizàs el màs trivial- que experimentan cada por su lado un "affaire", otro el de la visita de una matrimonio americano para conocer a los familiares del novio italiano de su hija y el restante que muestra a una pareja de jóvenes intelectuales norteamericanos que se ven consternados por la presencia de una visita inesperada -una chica actriz en algùn punto insoportable-, en esta ùltimo hay una presencia que es tan superflua como tirada de los pelos: el papel de Alec Baldwin, suerte de alter ego invisible que da consejos como el Viejo Vizcacha.
Allen tira varios momentos de humor bueno y disparatado, los cuales protagoniza èl mismo con su relaciòn del consuegro tenor pero de ingenioso, el gag termina repitièndose interminablemente. Si en "Medianoche en Parìs", su muy buena propuesta del año pasado habìa cierta magia y encanto, y ofrecìa un Woody notable, aquì parece sin demasiado ingenio y màs dispuesto a homenajear a la Italia de celuloide: el sketch de los chicos parece un calco de "El Sheik" de Fellini, y la prostituta de Penèlope Cruz, nos retrotrae a la Sophia Loren de los filmes de De Sica.
La banda musical està completa de lugares comunes (Modugno cantando "Volare", o un acordeòn ejecutando "Arrivederci Roma", etc), este filme parece una de esas comidas de supermercado, imaginemos que compramos una bandejita de Fideos al tuco envueltos en un papel trasparente, y en casa lo recalentamos en el Microondas, todo bien, sabroso quizàs pero es no lo mismo...falta algo...falta.